Ningún tipo de avance significativo relacionado a la reserva estratégica de Bitcoin (BTC) anunciada por el presidente estadoundiense Donald Trump fue incluido en el extenso informe de 166 páginas sobre criptomonedas publicado por la Casa Blanca.
El documento, con recomendaciones para la regulación de esta industria en crecimiento, aborda en cambio aspectos como:
- la política bancaria
- las stablecoins
- la lucha contra el financiamiento ilícito
Este informe confirma el establecimiento inicial de dicha reserva en marzo, pero no menciona desarrollos posteriores ni planes de expansión en esta línea.
Esta omisión generó reacciones encontradas entre la comunidad cripto. Los más fanáticos defensores de la criptomoneda criticaron la falta de una estrategia activa para que el gobierno compren y acumule este criptoactivo.
Si bien la industria en general valora el informe y su enfoque regulatorio, algunos defienden que se perdió una oportunidad clave para posicionar a EE.UU. como líder global en la adopción de activos digitales.
Trump, al asumir en enero de 2025, anunció la creación de un grupo de trabajo para impulsar recomendaciones en un plazo de 180 días, y generó altas expectativas para una actualización sustantiva sobre BTC.
Expectativas y decepciones sobre la reserva estratégica de Bitcoin
La industria esperaba que el informe incluyera un plan detallado sobre la expansión de la Reserva Estratégica de Bitcoin, similar a la estrategia de acumulación activa que lleva adelante El Salvador.
Pete Rizzo, unu reconocido defensor de Bitcoin, instó a los seguidores a prepararse para esta actualización, que finalmente no llegó.
El documento menciona la reserva únicamente en referencia a la orden ejecutiva inicial del 6 de marzo, sin plantear recomendaciones nuevas ni cambios regulatorios.
Esta falta de avances generó decepción. CJ Burnett, director de Compass Mining, calificó la ausencia de liderazgo como una oportunidad perdida y una advirtió sobre una fuente de incertidumbre para los mercados.
Muchos inversores temen que EE.UU. pueda rezagarse frente a otros países que avancen en políticas de acumulación y uso estratégico de Bitcoin.
En cambio, otros expertos como Calvin Ayre valoraron que el informe trata a Bitcoin como un activo estratégico diferenciado, algo que representa un avance en la comprensión gubernamental, aunque insuficiente para los maximalistas.
Políticas regulatorias claras y fases de implementación
Más allá de Bitcoin, el informe presenta recomendaciones claras para la regulación de criptomonedas, destacando un enfoque por etapas.
Bo Hines, director ejecutivo del Consejo Asesor del Presidente sobre Activos Digitales, explicó que estas fases consisten en la demolición de reglas anteriores, construcción de nuevas normativas con la industria y su posterior implementación legislativa.
"Se propone una taxonomía para clasificar los activos digitales y una supervisión compartida entre la Commodity Futures Trading Commission (CFTC) y la Comisión de Valores (SEC)", resaltó.
También se busca facilitar que los bancos custodios de criptomonedas ofrecezcan servicios relacionados, y promuevan un marco más accesible y transparente para la industria.
La regulación fiscal es otro punto relevante: se recomienda legislar para que los activos digitales tengan un tratamiento tributario específico, adaptado a sus características únicas.
El objetivo general es fomentar la adopción de criptomonedas y evitar retrocesos regulatorios, al crear un entorno estable y propicio para el desarrollo tecnológico.
Reacciones mixtas y panorama futuro para Bitcoin en EE.UU.
La comunidad de Bitcoin manifestó opiniones diversas tras la publicación: algunos consideran que la falta de un compromiso firme para aumentar la reserva es un revés, mientras que otros aplauden los avances en el reconocimiento del activo.
La periodista Susie Violet Ward destacó que Bitcoin se trata ahora como un activo estratégico distinto, algo que refleja un cambio de mentalidad significativo en la Casa Blanca.
El rechazo de la "Operación Chokepoint 2.0", el ambiente regulatorio restrictivo de la administración Biden, es visto como un paso positivo hacia una política más abierta.
No obstante, la adopción activa y expansiva de una reserva de Bitcoin aún queda pendiente, y obliga a los defensores a mantener la vigilancia y presión política.
Los expertos insisten en que el éxito regulatorio dependerá de un equilibrio entre apoyo institucional, claridad legislativa y la capacidad de innovación de la industria blockchain.
El informe, aunque incompleto para algunos, marca un punto de inflexión en la política estadounidense hacia las criptomonedas, al delinear un camino a futuro con desafíos y oportunidades.