Bolivia dio un giro significativo en su política financiera y firmó un acuerdo de cooperación con El Salvador para fomentar el uso de criptomonedas.
La alianza tiene como objetivo impulsar la inclusión financiera y sentar las bases para un sistema económico más moderno y resiliente, aprovechando la experiencia de El Salvador como pionero en la adopción de Bitcoin como moneda oficial.
El acuerdo fue firmado por Edwin Rojas Ulo, presidente interino del Banco Central de Bolivia, y Juan Carlos Reyes García, titular de la Comisión Nacional de Activos Digitales de El Salvador.
Y contempla una colaboración técnica y política para facilitar el diseño de estrategias conjuntas para implementar infraestructuras digitales seguras y ampliar el uso de criptoactivos en el sistema financiero boliviano.
Este paso se da en un contexto complejo, donde Bolivia enfrenta una fuerte escasez de divisas y reservas internacionales en niveles críticos.
Con ese telón de fondo, el gobierno explora alternativas para estabilizar la economía, y las criptomonedas aparecen como una posible vía de escape ante las limitaciones de las monedas tradicionales.
Bolivia registra un fuerte aumento en transacciones con criptomonedas
Desde que se levantó la prohibición al uso de criptoactivos en 2024, Bolivia vive un crecimiento exponencial en su adopción.
En la primera mitad de 2025, las transacciones en criptomonedas superaron los u$s294 millones, lo que refleja un interés creciente de la población en este tipo de herramientas digitales.
El de El Salvador es un modelo a seguir para el desarrollo de políticas públicas que apunten a una mayor inclusión financiera, con énfasis en sectores que tradicionalmente quedaron fuera del sistema bancario.
En ese sentido, el acuerdo contempla la transferencia de conocimiento y asistencia técnica para que Bolivia avance con una hoja de ruta propia hacia la integración de estos activos en su economía.
Además, el gobierno boliviano espera que esta iniciativa brinde soluciones concretas a las dificultades que enfrentan los pequeños comerciantes y las familias ante la falta de acceso a dólares o servicios financieros convencionales.
Esta apuesta por las criptomonedas posiciona a Bolivia dentro de una corriente regional que empieza a ver en los activos digitales una herramienta útil para enfrentar problemas estructurales.
Si bien la adopción masiva todavía presenta desafíos regulatorios y educativos, este acuerdo representa un primer paso hacia una transformación más profunda del sistema financiero del país.