Vitálik Buterin, cofundador de Ethereum, encendió la alarma sobre el rumbo que está tomando la identificación digital en el mundo cripto.

En una entrada de blog del 28 de junio, pidió repensar el modelo actual, que se apoya demasiado en soluciones rígidas, incluso cuando integran tecnologías avanzadas como las pruebas de conocimiento cero (ZK).

Si bien reconoce que la tecnología ZK es un gran avance en términos de privacidad, Buterin advierte que usar esta tecnología sobre estructuras de identidad ya existentes no corrige sus fallas de base. Incluso, puede sumar nuevas amenazas.

Uno de los mayores riesgos, según el desarrollador, es la tendencia a forzar un esquema de "una identidad por persona". Esto, lejos de proteger al usuario, puede exponerlo todavía más:

"El nivel práctico de seudonimato que obtienes es posiblemente más bajo que el statu quo actual, y así, bajo una identificación de una por persona, incluso si está envuelta en ZK, corremos el riesgo de acercarnos a un mundo donde toda tu actividad debe estar de facto bajo una única identidad pública", explica Buterin.

Además, detalla fallas estructurales como que los documentos oficiales dejan afuera a quienes no tienen una nacionalidad, y los sistemas biométricos pueden ser vulnerables al fraude, sobre todo en contextos donde hay actores maliciosos o gobiernos que buscan manipular los sistemas descentralizados.

Cuál es la propuesta de Buterin

Buterin propone una visión diferente, que consiste en abandonar la búsqueda de una "identidad universal" y adoptar un enfoque más flexible y distribuido. Su idea: la identidad pluralista.

"Por ‘identidad pluralista’, me refiero a un régimen de identidad donde no hay una única autoridad emisora dominante, ya sea una persona, una institución o una plataforma," explica.

En ese sentido, este modelo puede tomar dos formas. Una, explícita, que incluye redes de confianza entre pares, como la que propone el proyecto Circles, donde los usuarios se validan mutuamente.

Y otra, implícita que habilita el acceso a servicios mediante múltiples métodos, como cuentas de correo, redes sociales o credenciales estatales. En ambos casos, lo importante es evitar el control absoluto de una sola fuente.

Según Buterin, este enfoque es más resistente porque permite, por ejemplo, que alguien sin documentación oficial pueda validar su identidad mediante su comunidad. Aunque advierte que esta ventaja se diluye si una sola solución se impone:

"El mayor riesgo que podría surgir de los sistemas de identidad que intentan demasiado ser ‘universales’: si su cuota de mercado se acerca demasiado al 100%, cambian el mundo de la identidad pluralista a un modelo de una por persona, que tiene peores propiedades," escribió en el blog.

Como conclusión, Buterin deja claro que el futuro de la identidad digital no debe centrarse en crear una única herramienta "para todos". En cambio, propone diseñar sistemas diversos, interoperables y controlados por los propios usuarios. Solo así se podrá mantener el equilibrio entre privacidad, inclusión y descentralización.

Te puede interesar