El 10% del PBI de la Ciudad de Buenos Aires es generado por las industrias creativas, del conocimiento. Es la razón por la que tras haber puesto en marcha los Distritos Tecnológico y Audiovisual ahora le llegó el turno al Parque de la Innovación que se levantará sobre el predio que hoy ocupa el Tiro Federal y que comenzará a tener vida concreta a partir de 2022.

El Gobierno porteño, de la mano de su jefe, Horacio Rodríguez Larreta, hizo la presentación oficial de este proyecto este martes en el Centro de Exposiciones de la ciudad. Aunque ya había dado un primer paso en septiembre del año pasado cuando, junto con un grupo de empresas y universidades públicas y privadas, visitaron el Silicon Valley con el objetivo de encarar los primeros contactos tendientes a atraer el interés inversor de las sector de la llamada economía del conocimiento.

El proyecto se financiará en parte con los u$s151 millones que el Gobierno recaudó con la venta de uno de los lotes del área de 1,5 hectárea, adquirido por un fideicomiso en el que se destacan las familias Werthein y Sielecki. Ese dinero servirá para la infraestructura del Parque de la Innovación, ubicado en el barrio de Núñez y lindero a la cancha de River, como también para la reubicación del Tiro Federal.

Para diferenciarse de su los distritos Tecnológico de Parque Patricios, y Audiovisual, de Colegiales, el Parque de la Innovación (PI) apuntará a desarrollar un grupo de sectores de la economía del conocimiento predefinidos por la administración porteña: nanotecnología, biotecnología y salud, aunque, casi por razones obvias, las TIC también formarán parte de este nuevo clúster.

"El motor del desarrollo de la Ciudad tiene que pasar por las industrias creativas que aportan entre el 9 y el 10% del PBI. Representan el trabajo del futuro", dijo el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, durante una rueda de prensa de la que participó iProfesional.

Durante la presentación, los distintos funcionarios porteños aplaudieron la aprobación de la ley de economía del conocimiento que, coincidieron, permitirá consolidar más las actividades actuales y futuras en la Ciudad.

El PI ocupará un predio de 12 hectáreas. A finales de este año y principios del próximo se iniciarán las subastas por las cuales las empresas participantes competirán por un espacio dentro del PI. Y también bajo esta modalidad se contemplarán las futuras construcciones de espacios para los institutos científicos estatales, los organismos regulatorios vinculados con las actividades que se desarrollen en el parque, además de universidades públicas y privadas.

La UBA y la UTN serán de la partida, como también la Universidad de Formación Docente que tanto conflicto generó con el ámbito educativo durante 2018. En paralelo, trabajan con el Conicet para que tenga presencia en el parque y haya una conexión fluida entre la comunidad científica y la productiva.

El foco será capturar también el interés de las universidades privadas. En ese sentido, el objetivo será atraer a una orientada a la tecnología y a otra especializada en diseño.

En el PI también se dedicará un espacio para el co-working y otro para construir residencias universitarias, además de un edificio dedicado enteramente a la innovación. "El parque está diseñado para ser poroso", describió Ignacio José Stegmann, titular del PI.

Esto es, que los actores que allí se instalen sean capaces de interactuar entre sí y generar innovación también a partir de ese trabajo de relación, más allá de los proyectos propios.

A finales de este año se iniciarán, como se dijo, las subastas, a fin de que los diversos actores interesados hagan su mejor apuesta para ganarse el lugar que deseen. Será la reserva de futuro pues serán 100.000 metros cuadrados los que se ofrecerán a los privados bajo esta modalidad, sobre un total de 157.000 metros cuadrados destinados a este sector, el más extenso del PI.

En metros cuadrados el PI se distribuirá de la siguiente manera:

-157.000 metros cuadrados para el sector privado.

-65.000 metros cuadrados para el sector público.

-45.000 metros cuadrados para residencias.

-43.000 metros cuadrados para usos mixtos.

-23.000 metros cuadrados para oficinas

 

El Tiro Federal recién dejará ese predio en el primer trimestre de 2020, de modo que las obras concretas en el área se iniciarán a partir del segundo semestre del año próximo. Y los primeros edificios comenzarán a operar de manera efectiva a partir de 2022.

El PI será gestionado por una entidad jurídica de carácter público no estatal con gobernanza mixta. Estará conformada por representantes de los distintos sectores del parque y también de los que alquilen espacios, es decir, de los sectores público y privado que detenten edificios y de quienes rentan oficinas u otros espacios. Esta entidad estará regulada por una ley cuyo proyecto aún se encuentra en proceso de elaboración, aclaró Stegmann.

Por estos días se analiza a qué accederán aquellos que se impongan en las distintas subastas. Stegmann explicó que quienes ganen estos procesos tendrán una especie de concesión con usufructo por una determinada cantidad de años, aunque por el momento no está claro de cuánto tiempo podría tratarse.

En la misión comercial que el año pasado el Gobierno porteño realizó al Silicon Valley fueron de la partida autoridades de la UBA y del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA). También un grupo de empresas, entre ellas, Turismocity, Wolox, Conexia, Audiotrade, Wayra, Carvi, Cor, Ripio, Technisys, Tigout, Blue Star, Aivo, Xapia y la casi extinta Iguana Fix.

 

La intención del PI será impulsar más agresivamente el ecosistema de emprendedores, no sólo en su etapa inicial sino también en las posteriores que suelen ser estratégicas para la supervivencia de gran parte de estos proyectos.

En ese sentido, otro de los objetivos será promover una mayor disponibilidad de fondos, vía aceleradores, capital ventures y otras modalidades de financiación tendientes a sostener los procesos de crecimiento de las start ups para mitigar los índices de fracaso.

Lo cierto es que, a esta altura, ya está diseñada la maqueta y los fondos con los que se solventarán las tareas de infraestructura se amparan en la ley 5558, que creó la Agencia de Bienes de Sociedades del Estado. Todo lo demás está por hacerse.

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