Con la llegada de los celulares, se terminaron los autógrafos: las celebridades dejaron de firmar las fotos de sus fans para, directamente, sacarse una selfie junto a ellos.

Del mismo modo, los trámites están apelando a la tecnología para evitar que los usuarios rubriquen documentación, ahorrando tiempo sin perder seguridad.

A mitad de 2018, el Gobierno desplegó el marco regulatorio para permitir el uso de la firma digital y otorgarle la misma validez que a la firma holográfica, es decir, de puño y letra.

Es importante diferenciar a la firma electrónica de la digital. La primera involucra a varios mecanismos, como la biometría, que no es más que la versión digitalizada del puño y letra, realizada en un dispositivo como puede ser un celular o una tablet, a través de un lápiz óptico o el propio dedo.

También ese grupo incluye a la firma digital, que a través de la criptografía permite establecer el consentimiento de las partes en un documento, además de garantizar que éste no ha sido adulterado.

De esta forma, cada vez más organismos estatales comenzaron a aceptar la firma digital para ganar agilidad y evitar que los usuarios se trasladen a una dependencia para realizar ciertos trámites.

Cómo obtenerla

Para poder operar con este sistema, primero hay que realizar el trámite de registro (es gratuito) ante un ente certificador, entre los que se encuentran la AFIP, la Anses, la Oficina Nacional de Tecnologías de Información (ONTI) y el Ministerio de Modernización. También están autorizadas las empresas Lakaut y Prisma.

El oficial de Registro solicitará la documentación, datos biométricos, sacará una foto del interesado y lo guiará en la generación de certificado de firma digital. Una vez finalizado el trámite, podrá firmar digitalmente a través de la Plataforma de Firma Digital Remota (PFDR).

Cabe destacar que la Secretaria de Modernización Administrativa reglamentó los términos y condiciones de uso de la firma electrónica que rigen desde el 6 de mayo.

De esta forma, la herramienta puede utilizarse para el Sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE) y los nuevos términos y condiciones de uso de la plataforma de Trámites a Distancia (TAD), que permite realizar una serie de gestiones de manera online, sin recurrir a una sucursal "física".

Así se puede crear una cuenta, que es una especie de domicilio especial electrónico constituido para quienes realicen trámites en su nombre o a nombre de otra persona o empresa.

En esta  plataforma, los usuarios pueden firmar digitalmente en los términos de la Ley 25.506 en diferentes niveles de seguridad, dependiendo de los requerimientos del documento a presentar que serán fijados por el organismo rector del trámite.

Vendé tu auto

Luego de la implementación del "08 digital", desde marzo es posible realizar la transferencia de un auto o una moto utilizando la firma digital.

Hasta el momento, se registraron cerca de 2,3 millones de operaciones con esta herramienta, en gran parte gracias a los descuentos de hasta 40% con respecto al trámite tradicional.

Está transformación va incluso más allá, ya que los informes, certificados de dominio y denuncias de venta se piden, pagan y reciben por Internet. Desde el Registro de la Propiedad del Automotor aclaran que la denuncia de venta y el certificado de dominio han pasado a ser totalmente digitales a partir de mayo 2018.

Según Oscar Agost Carreño, subdirector del organismo, desde su puesta en marcha hasta la fecha, se tramitaron vía web:

- 546.861 informes de estado de dominio

- 85.863 certificados de dominio

- 203.200 denuncias de venta

Comprar un departamento

Una de las posibilidades que ofrece recientemente la firma digital es poder comprar un departamento desde pozo a través del boleto inmobiliario electrónico que anunció el Gobierno.

Desde Lakaut, la tecnológica argentina detrás de este sistema, aseguran que el proceso de aprobación de los proyectos por parte de las autoridades se reducirá progresivamente hasta los tres meses, contra el año que demora el método tradicional.

"Lo que desarrollamos es un gestor documental por el que van a circular los emprendimientos inmobiliarios. Estamos trabajando para que entre en una plataforma de blockchain", explica Daniel Raskin, director comercial de la firma, en diálogo con iProUP.

El directivo agrega que el boleto digital permitirá la trazabilidad del proyecto, el cual entrará a la plataforma "a través de un corredor matriculado, que es quien viabilizará y pondrá a la venta las unidades funcionales".

"Luego, entrarán las entidades financieras que calificarán la obra en construcción como 'apto crédito'. Cuando el comprador firme el boleto, la inmobiliaria cargará toda la documentación que exija la entidad", completa Raskin.

La principal novedad de este sistema es que el proceso se podrá realizar de forma 100% online, sin que el interesado en adquirir la propiedad pise la oficina del desarrollador o la inmobiliaria.

"Como es 'a realizar' y no hay un departamento a visitar, el consumidor podrá elegir viendo los planos y los renders que se suban al gestor documental", asegura el ejecutivo, quien remarca que las empresas de bienes raíces podrán conectar su propia plataforma para ofrecer las propiedades y "cerrar" el circuito online.

Sólo quedará confeccionar el boleto digital, que incluirá cláusulas preestablecidas, a las que se le agregarán las particularidades de la unidad funcional. Todos los actores deberán firmarlo digitalmente.

Posteriormente, el comprador tendrá que pagar el 25% del boleto, que se enviará vía web al Registro de la Propiedad Inmueble para su inscripción. Esto evitará que haya un "boleto múltiple", algo que ocurría cuando una unidad tenía más de un boleto, ya que al ser un contrato entre privados, no había registro.

Por su parte, el desarrollador recibirá el aporte correspondiente para el avance de obra, sin la necesidad de un crédito intermedio (conocido como "puente"). Deberá pagar un seguro de caución obligatorio que resguarde al comprador ante cualquier incumplimiento en el desarrollo.

Solo restará el final de obra y su aprobación para pasar a la firma de la escritura de venta y a la inscripción en el registro, con la intervención de un escribano.

Otros beneficios

No sólo el Estado puede beneficiarse con la firma digital. También sectores como salud, logística, retail y seguros pueden aprovechar esta innovación.

Recepción de envíos, confirmación de compras, altas de cliente y comunicaciones con las compañías de seguros son algunos ejemplos de procesos habituales en estos rubros, en los que la automatización de la operativa diaria con procesos digitales supone grandes beneficios.

El consentimiento informado suele ser el documento firmado con más frecuencia en el sector salud. Contiene los datos del paciente, médico y las características del tratamiento o intervención que se va a realizar y enumera los riesgos que asume el paciente.

De este modo, el documento debe ser firmado tanto por el paciente como por el médico y, luego, pasa a la historia clínica del paciente.

La transformación digital llegó al Estado y está avanzando dentro del sector privado para ofrecer a los usuarios más comodidad, ahorro de tiempo, agilidad y menores costos.

Te puede interesar