La icónica empresa estadounidense de envases de almacenamiento, Tupperware, inició el proceso de quiebra bajo el capítulo 11 en Estados Unidos, arrastrada por una drástica caída en sus ventas y serios problemas de liquidez.

La multinacional, famosa por sus emblemáticos recipientes plásticos para alimentos, busca ahora la aprobación judicial para continuar operando mientras facilita un proceso de venta que proteja su marca.

El procedimiento se presentó en el Tribunal de Quiebras de Delaware, lo que provocó un desplome superior al 50 % en el valor de sus acciones en la bolsa de Nueva York, que luego fueron suspendidas.

Este golpe financiero agrava la situación de una compañía que, en los últimos años, enfrentó un contexto macroeconómico desafiante, según señaló su directora ejecutiva, Laurie Ann Goldman.

Problemas financieros y competencia creciente

Con más de 75 años en el mercado, Tupperware ha visto cómo su negocio se ha debilitado ante la creciente competencia y la disminución en la demanda de sus productos.

Pese a liderar el mercado de envases de almacenamiento de alimentos durante décadas, la firma ha venido arrastrando problemas de liquidez desde 2020, lo que provocó dudas sobre su capacidad de supervivencia.

Fundada en Massachusetts en 1946 por el químico Earl Tupper, la compañía revolucionó el almacenamiento de alimentos con sus recipientes herméticos.

A lo largo de su historia, Tupperware también se hizo famosa por sus ventas a domicilio, conocidas como "fiestas Tupperware", una estrategia que impulsó su expansión a nivel global.

Un futuro incierto

La empresa había mostrado signos de inestabilidad desde principios de este año, cuando retrasó la presentación de sus cuentas anuales de 2023 y anunció el cierre de su única fábrica en Estados Unidos, lo que conllevó el despido de casi 150 empleados.

La reorganización de su equipo directivo, incluyendo el nombramiento de Laurie Ann Goldman como CEO en 2022, no logró revertir el panorama adverso.

Tupperware reporta activos que oscilan entre 500 y 1.000 millones de dólares, mientras que sus pasivos alcanzan entre 1.000 y 10.000 millones de dólares.

La empresa cuenta con más de 700 millones de dólares en préstamos y, ante la situación, busca la autorización del tribunal para proceder con la venta de su negocio y mantenerse operativa durante el proceso de quiebra.

Pese a su complicada situación financiera, la compañía sigue apostando a la posibilidad de una reestructuración que le permita seguir adelante, mientras enfrenta uno de los desafíos más importantes de su historia.

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