"La impresión que tengo de Argentina es que tiene una capacidad estatal baja, pero mucha capacidad en su gente. Esto muchas veces es el mejor ecosistema para que florezcan proyectos".

Las palabras de Vitalik Buterin todavía resuenan en el ecosistema cripto local y no es casualidad.

El fundador de Ethereum, como tantos otros referentes en la materia, no lo duda: Argentina es uno de los países más importantes en la breve pero intensa historia de las criptomonedas.

Por nivel de adopción, volumen de transacciones medido contra PBI, por la variedad de emprendimientos y por la pasión de sus emprendedores en cada uno de los segmentos donde operan, la Argentina siempre llama la atención en cualquier foro o comunidad de cualquier parte del mundo.

Y ustedes dirán: ¿No quedó algo por mencionar? Por supuesto, el elefante en el bazar: la inflación, el gran drama argentino de los últimos veinte años.

Existen pocos casos en el mundo para ejemplificar, por contraste, las virtudes de una moneda descentralizada, una reserva de valor que no quede sujeta a los vaivenes políticos y económicos de turno.

Desde hace más décadas de lo que nos gustaría asumir, la inflación y la incertidumbre económica acechan los ingresos y ahorros de los argentinos. Es por ello que un gran porcentaje de los argentinos considera principalmente las stablecoins como una forma de preservar su poder adquisitivo frente a la volatilidad del peso.

Paralelamente, las restricciones cambiarias han hecho de las stablecoins y otras cripto una solución adecuada para realizar transacciones con el exterior, aportando liquidez y rapidez.

Los argentinos han estado por décadas buscando una moneda en la que confiar. Y en ese sentido, las criptomonedas parecen el antídoto indicado.

De hecho, en su famoso "White Paper" para la creación de Bitcoin, Satoshi Nakamoto busca resolver un problema específico para las transacciones por internet, y ese problema no es otro que la "confianza", cómo hacer para prescindir de un "tercero confiable".

Justamente aquello que está en crisis. Justamente lo que las criptomonedas pueden resolver.

Pero sería un error suponer que la revolución que generó blockchain y las cripto solo se aplica a contextos económicos como el argentino. Para nada. Y la estabilización macroeconómica que todos esperamos que ocurra en el país no implicará desinterés en las criptomonedas sino todo lo contrario.

Las crypto ya no son una excentricidad techie sino una realidad financiera en la que confían cada vez más individuos, empresas y también Estados.

Para ahorrar, invertir, enviar remesas, pagar, establecer contratos y comprar casi cualquier cosa, desde una pizza hasta un departamento.

Y por si fuera poco, estamos en un paradigma nuevo, en donde la tokenización de activos físicos, dará lugar a fraccionar dichos activos y hacerlos más accesibles para inversores que quizás no podían participar en mercados tradicionales debido a barreras geográficas, regulatorias y financieras.

Otro punto importante a tener en cuenta es que Argentina avanzó en materia de regulación y cumplió su compromiso con las exigencias del GAFI al aprobar recientemente y de manera unánime la modificación de Ley de Lavado de Activos para incluir a los exchanges y empresas cripto.

De esta manera, se creará un "Registro de Proveedores de Servicio de Activos Virtuales" (PSAV), que estará a cargo de la Comisión Nacional de Valores (CNV, un gran paso para seguir desarrollando la industria en el país.

Como afirma Buterin, Argentina es atractiva no por sus defectos sino por sus virtudes. Por su nivel educativo, la propensión cultural a la innovación, la rápida adopción de tecnología y un acceso a Internet superior a los estándares de Latinoamérica, Argentina tiene todo para crecer más en el mundo cripto.

La llegada de empresas como Bit2Me da cuenta de ese potencial, pero también de la madurez del mercado.

Bit2Me es el primer exchange global en obtener el registro de parte del Banco de España y es reconocido como una de las plataformas más completas, seguras y fáciles de usar del mundo. Ofrece productos que pueden darle mucho valor a los argentinos.

La premisa de la que parte Bit2Me es que la transparencia y la apertura hacen que los mercados se vuelvan más eficientes, lo cual promueve el desarrollo de las personas. Operar con libertad y tomar decisiones con autonomía, ni más ni menos.

*Por Pablo Casadío, cofundador y CFO de Bit2me

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