FTX, la exchange de criptomonedas que sufrió una gran quiebra, presentó una propuesta para devolver miles de millones a sus clientes y acreedores.
Este paso fundamental inicia la fase final de la resolución del caso de bancarrota, envuelto en controversias y complejidades tras un importante escándalo de fraude.
Un elemento central del plan es la reorganización estratégica diseñada para hacer frente a las deudas pendientes. Sin embargo, deja en el aire varias cuestiones acuciantes.
De todas formas, el futuro de la exchange de criptomonedas FTX sigue en el limbo, al igual que la metodología para valorar determinados tokens digitales. Además, aún no se aclaró el alcance del reembolso que los acreedores pueden esperar de forma realista.
Según la propuesta, el siguiente paso consiste en presentar el plan a los acreedores para una votación crucial el año que viene, una vez que se hayan concretado más detalles esenciales. Esto precederá a la aprobación final solicitada al juez de quiebras estadounidense John Dorsey.
Este plan ya obtuvo un consenso preliminar sobre su marco general por parte de los principales grupos de acreedores y clientes que participan en el procedimiento del Capítulo XI.
Un aspecto significativo del plan propuesto implica la distribución de miles de millones en efectivo. Se trata de un proceso que seguirá a la liquidación sustancial de las tenencias de criptomonedas de la empresa.
Este enfoque marca un giro fundamental en la estrategia de la empresa, especialmente teniendo en cuenta la magnitud de los activos involucrados.
En el contexto de estos acontecimientos, el legado de Sam Bankman-Fried, fundador de FTX, proyecta una larga sombra. Condenado por orquestar un fraude masivo que condujo a la caída del exchange, las acciones de SBF precipitaron la declaración de bancarrota de la empresa el año pasado.
Desde entonces, profesionales de la reestructuración estuvieron al mando y rastrean diligentemente los activos y aclaran la compleja red de deudas contraídas con un grupo diverso de acreedores. Entre ellos, los que invirtieron dinero y criptomonedas en la plataforma.
El mes pasado, el Tribunal de Bancarrotas de Delaware dio luz verde a la liquidación de más de u$s700 millones en activos fiduciarios pertenecientes a FTX. Esta aprobación es un paso crucial en el proceso más amplio de recuperación y redistribución de activos.
También pone de relieve las complejidades jurídicas y financieras de la liquidación de una empresa tan colosal y contaminada por el fraude.
A medida que avanza el caso, todas las miradas se centran en cómo resultará el plan de FTX para sus acreedores y el mercado de criptomonedas en general.
En este sentido, el resultado de este caso de bancarrota está a punto de sentar un precedente en el sector y marca una coyuntura crítica en la evolución y regulación en curso de la industria.