La reciente elección de Javier Milei como presidente de la Argentina puede ser un punto de inflexión en la trayectoria económica y tecnológica del país.

En su ensayo de 2014, "De los Picapiedras a los Supersónicos", Milei anticipaba la llegada de una era de convergencia entre la innovación tecnológica y el crecimiento económico acelerado. Un enfoque optimista, que resaltaba la confianza en el progreso tecnológico y la capacidad humana para superar los límites de lo posible.

En este contexto, las startups tecnológicas emergen como catalizadoras de la innovación disruptiva, con capacidad para abordar problemas cotidianos con una frescura y audacia que, a menudo, no se encuentran en organizaciones más establecidas.

Son empresas que no solo solucionan de manera más eficiente problemas existentes, sino que anticipan soluciones para desafíos futuros, contribuyendo así a un progreso sostenible y significativo.

Pero más allá de la generación de riqueza, estas empresas encarnan un cambio en la sociedad, de promoción de una cultura de innovación dinámica y de mejora de la calidad de vida.

Hoy, la Argentina se encuentra en una encrucijada de oportunidades y desafíos, con un ecosistema de startups vibrante y un mercado de servicios financieros en plena transformación.

La combinación de inteligencia artificial, blockchain, activos tokenizados del mundo real y conectividad ubicua ofrece una oportunidad única para redefinir, no sólo la economía, sino la vida cotidiana de los argentinos.

Capacidad transformadora de la industria fintech argentina

En los últimos seis años, la industria fintech argentina ha demostrado una capacidad impresionante para impactar, incluir y redefinir el panorama financiero del país.

Así lo indican los números: más del 61% de los mayores de 15 años poseía, al menos, una cuenta en una fintech en la Argentina hacia mitad de 2023, mientras que 2 de cada 3 transferencias de dinero tuvieron como origen y/o destino una cuenta con Clave Virtual Uniforme (CVU) en octubre último.

Pero la transformación excede a las transacciones diarias, ya que las fintech han sido claves en la inclusión financiera a través del ahorro y el crédito.

Por un lado, hay más de 15 millones de cuentas de inversión abiertas en billeteras virtuales -casi la mitad se abrieron en los últimos 12 meses-, mientras que más de 5 millones de personas accedieron a un crédito digital a través de empresas del sector.

De estas últimas, 6 de cada 10 no tenían una cuenta sueldo y 4 de cada 10 nunca había accedido a un crédito formal.

Además, la Argentina está en la vanguardia de la adopción de criptoactivos, ocupando el 15° país a nivel mundial, a la vez que lidera la región en transferencias de valor y en uso de exchanges centralizados​​.

Son cifras muy significativas para una industria que, además de incluir en pocos años a millones de personas que habían permanecido al margen del sistema financiero, emplea a más de 30.000 personas, con puestos de trabajo de calidad y remuneraciones muy por arriba de la media de los empleos formales.

Queda claro que las más de 340 empresas que integran la industria fintech local no sólo han innovado en servicios financieros, sino que también han creado un ecosistema inclusivo y transformador, que beneficia e impulsa el desarrollo económico y social del país.

Oportunidades y necesidad de una regulación 2.0

Empoderadas por un entorno de servicios financieros sin ataduras, las fintech tienen el potencial de impulsar cambios y democratizar totalmente el acceso a los servicios financieros y a nuevas vías para la inversión y el crédito.

Un ejemplo de ello es la tokenización de activos del mundo real que, en combinación con tecnologías como Blockchain, DeFi y Web3, puede transformar a sectores enteros de la economía, desde la agricultura hasta el mercado inmobiliario, brindando liquidez y oportunidades de inversión impensadas hasta hace muy poco tiempo.

Otra oportunidad transformadora para el sector financiero son las finanzas abiertas, una profundización del esquema de open banking que permitiría compartir datos financieros de manera segura entre instituciones con el consentimiento del cliente.

Esto fomentaría la competencia e innovación entre instituciones financieras, y ampliaría el acceso a servicios financieros, especialmente para aquellos con historiales crediticios limitados.

Pero para que estas iniciativas prosperen y florezca un entorno de startups robusto y atractivo a nivel global se requiere de una regulación financiera ágil, que mantenga un equilibrio entre seguridad y flexibilidad, y que fomente la creatividad y el riesgo calculado.

Una normativa bien calibrada podría ayudar a la Argentina a posicionarse como un líder en el ámbito de las tecnologías financieras, atrayendo inversiones internacionales y estableciendo al país como un centro de excelencia en innovación fintech.

La Cámara Argentina Fintech publicó recientemente una propuesta de regulación para impulsar la tokenización de activos, y trabaja en cómo impulsar un nuevo esquema impositivo para los activos virtuales y el impulso a las finanzas abiertas.

Desafíos para el ecosistema

La combinación de colaboración y competencia entre las empresas fintech, los bancos y los reguladores demanda un equilibrio complejo.

Si bien un 56% de las empresas del sector trabaja en alianzas comerciales y asociaciones con otras fintech y bancos, la competencia puede generar tensiones en el mercado.

La regulación debe encontrar un equilibrio entre fomentar un ambiente para la innovación y garantizar la protección del consumidor y la estabilidad financiera.

El combate al ciberdelito también es una prioridad. Si bien la industria fintech ha demostrado capacidad para contrarrestar las amenazas, la actualización constante de las estrategias de seguridad y la colaboración entre empresas, reguladores y cuerpos de seguridad son esenciales para mantener la integridad del sector.

El desarrollo del talento local es otro desafío. La colaboración con instituciones educativas es fundamental para asegurar un flujo constante de profesionales altamente capacitados y especializados en tecnologías emergentes.

Esta inversión en talento no solo beneficia a las empresas fintech, sino que también impulsa la economía y el desarrollo tecnológico del país.

Una mirada optimista al futuro

El futuro pone a las fintech no solo como facilitadoras de transacciones, sino como motores de un progreso social y económico inclusivo. En esa visión, la Argentina avanza hacia la recuperación económica y a ser líder en la innovación financiera.

Dos frases podrían resumir las expectativas del sector sobre cómo destrabar el potencial creador de sus participantes. La primera del padre de la Constitución Nacional y defensor de las ideas de la libertad, Juan Bautista Alberdi, quien en su madurez expresó: "Intervenir lo menos, dejar hacer lo más, no hacer sentir la autoridad, es el mejor medio para hacer estimable la ley".

La otra, una reflexión en el reciente Argentina Fintech Forum del visionario e inversor tecnológico Tim Draper, quien respaldó a docenas de emprendedores legendarios como a Elon Musk y cuenta con varias fintech argentinas en su portfolio: "Si el próximo gobierno deja claro que confía en su gente y en sus emprendedores Argentina va a tener un progreso extraordinario".

*Por Ignacio Plaza, presidente de la Cámara Argentina Fintech

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