El debate sobre la adopción de las stablecoins en América Latina sigue en curso.
Sin embargo, es innegable que estas surgieron como una respuesta dinámica y esencial para abordar distintos problemas dentro del ámbito financiero convencional.
Desde la revolución en el envío de fondos internacionales hasta las operaciones cotidianas, estas divisas digitales revolucionaron la manera en que los latinoamericanos se relacionan con sus recursos financieros.
A pesar de que en un principio varias de estas stablecoins estaban respaldadas por el dólar estadounidense, actualmente se observó una amplia gama de opciones en el mercado.
Un claro ejemplo es el crecimiento de la stablecoin USDT (Tether) en el área.
En relación a este aspecto, Tether también sobresalió al introducir una stablecoin equivalente al peso mexicano en lugar de la convencional moneda estadounidense.
A comienzos de este año, Bitso, una influyente compañía de criptomonedas con sede en México, derribó obstáculos al convertirse en la pionera de América Latina en incluir Euro Coin (EUROC) en su selección de activos.
En tanto que la demanda de stablecoins aumenta, se exploran alternativas en reemplazo de los activos digitales convencionales.
Este fenómeno implica un cambio de paradigma, incluso en el propio ámbito de las criptomonedas.
Numerosos inversionistas y expertos observaron a las stablecoin como opciones a BTC y ETH, monedas digitales caracterizadas por una marcada volatilidad.
Por su parte, las stablecoins se conciben conceptualmente para sostener un valor constante respaldado por depósitos, frecuentemente vinculados a monedas convencionales como el dólar.
De hecho, su principal propósito es ser un amparo ante la inflación, un fenómeno de relevancia en la coyuntura actual, especialmente en países como Argentina.
Un elemento esencial de las stablecoins reside en su capacidad para facilitar las transacciones entre fronteras.
En la región de América Latina, se reconoció la existencia de elevadas tarifas por transferencias internacionales, lo cual complica tanto los envíos de dinero como el intercambio comercial entre naciones.
En este contexto, las stablecoins presentan una opción más eficaz y rentable.
Es innegable que los latinoamericanos están en la búsqueda de vías más veloces y económicas para realizar transferencias internacionales.
Por esta razón, la incorporación de stablecoins como USDT registró un progreso ininterrumpido.
Según el informe de Chainalysis llamado "Factores claves adopción de criptomonedas en América Latina: almacenamiento de valor, envío de remesas y búsqueda de rentabilidad", indicó que, a pesar de la disminución en la aceptación de criptodivisas en distintas zonas durante el mercado bajista, América Latina continuó experimentando un aumento sostenido en la adopción de stablecoins.
El Fondo Monetario Internacional resaltó también el "alto interés" que muestra la zona hacia las stablecoins y las criptomonedas en términos generales.
Estas innovaciones no solo pueden aportar a una ampliación de la inclusión financiera, sino que también tienen la capacidad de disminuir los gastos asociados a las operaciones internacionales, como los envíos de remesas.
Un análisis llevado a cabo por Mastercard desveló que el 51% de los usuarios en la región ya efectuaron operaciones con criptomonedas.
Entre este grupo, más de un tercio utilizó stablecoins para llevar a cabo adquisiciones cotidianas.
Estos datos evidencian un notorio aumento en la aceptación y la utilización activa de las stablecoins en América Latina en contraposición con la tasa mundial del 11%.
Lemon, la compañía argentina de criptomonedas, destacó como un claro ejemplo de la apuesta por las stablecoins para revolucionar los métodos de transacción en la localidad.
Con una base de más de 1.8 millones de usuarios y 800.000 tarjetas de débito conectadas a activos digitales, Lemon asumió de manera activa las stablecoins para las transacciones diarias.
Esta estrategia brindó a sus usuarios una experiencia financiera más ágil y protegida en un contexto económico que frecuentemente presenta fluctuaciones considerables.
A pesar de las considerables perspectivas que ofrecen las stablecoins, también surgieron obstáculos y dudas.
El Fondo Monetario Internacional alertó sobre el riesgo de una equivocada confianza por parte de los usuarios debido a la falta de regulación y transparencia en varias de estas stablecoins.
Además, destacó que podrían constituir una "amenaza más seria".
Esto se debe a que, en lo que respecta al reemplazo de monedas y su potencial para trastocar los sistemas financieros convencionales, podrían tener un impacto significativo en economías que ya se encuentran en una situación frágil.
La incorporación y el crecimiento de la stablecoin USDT en América Latina causó un cambio profundo en la zona.
Desde la agilización de las transferencias internacionales hasta la simplificación de las operaciones cotidianas, las stablecoins transformaron la manera en que las personas de la región gestionan sus recursos financieros en un contexto económico lleno de desafíos.
En un entorno donde las políticas monetarias gubernamentales muestran una creciente falta de efectividad, las stablecoins emergen como un refugio potencial contra los efectos de la inflación.
A pesar de los obstáculos regulatorios y cuestionamientos, su potencial para enriquecer la inclusión financiera y disminuir los gastos de las operaciones, confieren a las stablecoins, como USDT, una influencia significativa en la transformación económica de América Latina.