El auge de las nuevas modalidades de compras y, en general, el avance de distintos medios de pago electrónico, combinado con un aumento en el uso y la exposición de la gente a las redes sociales y a otras plataformas trae aparejado, la necesidad de tomar mayores recaudos para prevenir delitos y fraudes que se realizan a través de la red y las operaciones en línea que pueden darse de forma online, física y/o telefónica

Una de las industrias más sensibles en este sentido es la bancaria. Según la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), los fraudes bancarios crecieron en la Argentina un 3000% entre 2020 y 2022. 

Para la UFECI, "la ciberdelincuencia es un fenómeno criminal que abarca tanto los ataques a los sistemas informáticos -por ejemplo, casos de accesos ilegítimos o de destrucción de información- como aquellos supuestos en los que se utilizan esos sistemas como medio para cometer otros delitos -como los fraudes a través de internet". 

En los últimos meses, muchas víctimas de estos delitos utilizaron las redes sociales para viralizar su caso. De este modo, buscan mostrar su experiencia para que les sirva a otros usuarios y compradores y contribuir para que no caigan en las mismas trampas. 

Incluso, se da el caso de personas que, al advertir tempranamente que están tratando de ser engañadas, le siguen la corriente al delincuente y graban la conversación.

Buscan no solo que las autoridades puedan atraparlo sino también poner en evidencia ante otros qué métodos se utilizan y, por lo tanto, construyen conocimiento acerca de que hay o no hay que hacer en situaciones similares.

Abrir caminos

Es una actitud muy valiosa y es enormemente útil. Sin embargo, como no siempre los consejos que de ahí se deducen están lo suficientemente validados, las empresas y distintos actores que formamos parte del ecosistema  de soluciones de pago tenemos la responsabilidad de abrir también nuestros conocimientos para concientizar a la gente.

No para asustar, sino para prevenir, no para  que la gente compre menos por Internet u otros canales sino más, aunque en forma más segura y prudente.

Las formas de las estafas van cambiando. En la época del coronavirus, se vio cómo los delincuentes creaban, por ejemplo, páginas falsas en redes sociales para presuntamente ayudar a clientes que esperaban una respuesta de su institución financiera, que debía darles un turno para un trámite presencial.

Así, la dirigían a un cajero automático donde debía gestionar y enviar al banco apócrifo una clave de gestión de banca móvil que luego usaban para ingresar al homebanking.  

No nos olvidemos del contexto, tuvimos todos que adaptarnos a un sin fin de herramientas nuevas, de formas nuevas de hacer las cosas, estábamos encerrados y ansiosos y eso fue aprovechado.

Para prevenirse es importante estar atentos, y resaltar que no hay que contestar contactos, ni links o archivos sospechosos: la primera recomendación es estar particularmente atento a la llegada de pedidos o llamados, o requerimientos de información de procedencias no habituales, o que nos resulten extrañas.

Cuidar la información 

En general, no hacerlo. Ni hablar cuando nos ofrecen el oro y el moro, más sospechoso aún. Directamente, nunca responder correos electrónicos que soliciten datos personales y no hacer click en el enlace que compartan.

Además, de corroborar la existencia y reputación del comercio: cuando uno compra por Internet, es importante asegurarse de que el comercio realmente existe.

En la Argentina, las empresas tienen la obligación de informar su nombre y número de CUIT, ya sea en la venta tradicional o en la realizada por teléfono, correo o web. Su veracidad se puede verificar a través de la página de AFIP, en su apartado "Constancia de inscripción".

Además, es importante llevar registro: es importante conservar los comprobantes, facturas, fotos, textos usados para promocionar productos, datos enviados por mail e, incluso, la dirección URL donde se realizó la compra.

Ante cualquier dificultad, esas van a ser las herramientas de reclamo o denuncia penal. Además, el vendedor siempre debe enviar por email el comprobante de pago o la factura electrónica.

También debe tenerse en cuenta:

Otro factor importente es comprobar avales: es clave que nos informemos sobre la reputación de la tienda o el sitio antes de realizar una compra en línea. La experiencia de otro usuario puede servirnos y mucho.

Asimismo, en compras offline y telefónicas hay que seguir esta misma lógica. Al utilizar medios electrónicos en espacios físicos u otros entornos afines es fundamental, tomar recaudos afines a la compra online.

 

*Por Lorena Comino, Cofundadora de Facturante

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