El abrupto ajuste del dólar paralelo, seguido en menor medida por las cotizaciones de los dólares financieros que operan en la legalidad (CCL y MEP) y que les sirve a las empresas y fondos de inversión para dolarizarse, deja expuesta la gran debilidad de la economía argentina.

Ni la acumulación de reservas de las últimas semanas, tras la puesta en marcha del "dólar soja 2", ni el financiamiento de los vencimientos de la deuda en pesos sirvió para despejar el horizonte de los inversores.

Está claro que la acumulación de divisas en el BCRA y la renovación, por parte del Tesoro, de los vencimientos en pesos le permiten a Sergio Massa mantener en calma al mercado cambiario oficial. El ministro puede evitar una devaluación disruptiva.

La debilidad de la economía argentina

El problema que tiene el ministro es que la segunda versión del "dólar soja" se termina esta semana y si bien se cumplirán los objetivos, no queda claro el volumen de liquidaciones de divisas que pueda conseguir a partir del 1° de enero.

En lo que va de este mes, este tipo de cambio diferencial para el campo le permitió al BCRA la acumulación de u$s1.062 millones. Ayer, el Banco Central adquirió u$s147 millones, de acuerdo a lo informado por la propia entidad.

Por otro lado nos encontramos con la deuda en pesos, la cual también está interferida por los ruidos. Ninguno de los bonos lanzados por Economía la semana pasada tiene un vencimiento que vaya más allá de julio de 2023, justo en la previa de las PASO.

El salto del dólar blue altera los planes del Gobierno

Quedan claros, entonces, los límites expuestos por la economía.

Devaluación y tasas: qué planea el Gobierno

Mientras se extendió la calma cambiaria, el Gobierno se preparó para tomar una medida.

Por un lado, desaceleró el "crawling peg" (minidevaluaciones diarias) durante la segunda parte de este mes. El dólar oficial, a tres días hábiles para que finalice diciembre, acumula una suba de 5,2%. Algo por debajo de la inflación esperada para el mes.

Durante noviembre, la suba del dólar mayorista fue de 6,3%, contra una inflación de 4,9%. Esa racha, de mantener la devaluación por delante de la inflación, se quebraría este mes.

La segunda medida, que ahora el Banco Central dejaría de lado, refiere a la posible rebaja de la tasa de interés. Una chance que el Gobierno pensó hace algunas semanas, cuando los precios desaceleraron las subas.

"Aún con una inflación algo más baja, no hay lugar para reducir las tasas de interés ni el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial", expresó el economista Ricardo Delgado en su último reporte para clientes.

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