Las semanas que se avecinan serán decisivas para calcular la futura oferta de divisas por las exportaciones de soja en el mercado cambiario. 

Ese volumen será clave para la cotización del dólar y para el ciclo económico del próximo año.

La caída en la oferta de dólares de parte de las cerealeras determinará, por caso, el grado de bloqueo a las importaciones de los próximos meses.

Si no hay divisas -ya se vio en este último semestre-, la única forma que tiene el ministro de Economía, Sergio Massa, de evitar una devaluación será con el cierre de las compras en el exterior.

En caso de llevar adelante esa acción, habrá un impacto directo negativo en la marcha de la actividad económica.

Los tres escenarios

El economista Pablo Goldín, economista jefe de MacroView, hizo un relevamiento de lo sucedido en las tres grandes sequías de la última década.

Sergio Masa, Ministros de Economía

Qué puede pasar en 2023: escenarios posibles

Goldín plantea 2 escenarios para el comienzo del nuevo año. "Una cosa es con lluvias y otra, radicalmente diferente, si no llueve", añade el profesional.

Al grano: en caso de que el alivio del agua llegue a los campos de la zona núcleo, la pérdida de la cosecha alcanzaría a 15% respecto de la producción de 2022.

En ese escenario benévolo, la caída en el ingreso de "agrodólares" sería de u$s6.200 millones (unos 17.000.000 de toneladas).

Para compensar la menor oferta de divisas, la caída en las importaciones debería ser de 10%, también en relación a este año, donde ya hubo un recorte en las compras al extranjero, ante la menor abundancia de dólares en las reservas del Banco Central (BCRA).

En un escenario más dramático -si no llueve lo necesario para aliviar-, la oferta de dólares se hundiría a u$s10.200 millones, cifra que marcaría un escenario muy complicado para la economía.

Implicaría una pérdida de 23% de la cosecha en relación a la de este año, un quebranto de 27.000.000 de toneladas. Se trataría de la peor sequía desde 2009.

Massa, el equilibrista con el dólar

Según Goldín, en las próximas semanas se tendrá certeza sobre el escenario que le espera a la Argentina en cuanto a la oferta de divisas del campo.

Un golpe muy fuerte en la producción -el escenario donde hay u$s10.000 millones menos para las reservas- implicaría seguramente el inicio de una recesión, cuya profundidad habrá que monitorear más adelante. Es lo que sucedió cada vez que la sequía hizo estragos en los campos. 

Massa rechazó de plano la posibilidad de una devaluación. Tomó esa decisión como una verdadera "política de Estado". ¿Podrá cumplir con su promesa ante un escenario muy complicado, para el caso de que no llueva en la zona productiva?

Es muy probable que el ministro se vea obligado a un recorte mayor de las importaciones para compensar el hundimiento de la oferta de dólares. El impacto de ese esquema ya es bien conocido: contrae la actividad económica y es inflacionario.

Sin ir más lejos, esto último es lo que acaba de reconocer el INDEC al informar la inflación mayorista de noviembre.

Los precios mayoristas registraron, en promedio, una suba de 6,3%, lo que marcó una aceleración respecto de los meses previos.

Pero lo más preocupante es que los que más subieron fueron los productos importados. Lo hicieron en 8,2%. Por encima de la suba de los artículos fabricados en la Argentina, que lo hicieron en un 6,1%.

"Está claro lo que sucede: las trabas a las importaciones no hacen más que recalentar los precios de los productos que llegan desde afuera de la Argentina", completó Goldín, en un informe publicado por iProfesional.

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