La Argentina está en riesgo de un nuevo crack, según The Wall Street Journal, el prestigioso medio estadounidense especialista en materia económica financiera.
Tras el incumplimiento de Argentina con los compromisos de reformas acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el medio adelantó un posible "crack" y remarcó la asociación de nuestro país a los Estados de Venezuela, Rusia e Irán, poniendo en duda la transferencia del Banco Interamericano de Desarrollo por u$s500 millones.
"El Fondo dice que el programa de estabilización y crecimiento que elaboró con Guzmán (Martín) sigue en marcha. Pero los temores generalizados de que se avecina una fuerte devaluación del peso, junto con una mayor inflación, sugieren lo contrario. El país podría encaminarse hacia otro colapso", apuntó Mary Anastasia O'Grady en su editorial.
"La reprogramación de marzo de la deuda del FMI no fue la primera vez que Guzmán compró más tiempo para que el holgazán más notorio del mundo pagara lo que había pedido prestado", añadió.
Y resaltó: "En agosto de 2020, dirigió una reestructuración de unos U$S 65.000 millones en deuda soberana de importantes tenedores de bonos como Fidelity Management & Research Co., Monarch Alternative Capital LP, VR Capital Group, Greylock Capital Management y Pharo Management LLC".
Al referirse sobre la nueva gestión de Silvina Batakis, The Wall Street Journal expresó: "El currículum de la Sra. Batakis no es tranquilizador. Ella es una exministra de Economía de la provincia de Buenos Aires (2011-15) que dejó a su sucesor con las arcas vacías y lo obligó a acudir al Gobierno federal en busca de ayuda de emergencia para pagar los salarios de los empleados públicos".
Según el estudio, las frases que más surgen de los 800 consumidores consultados en junio son "Reduje gastos"; "usé mis ahorros"; "me financio con tarjetas"; "vendí bienes muebles o mi auto"; "recurrí a la ayuda económica de familiares o amigos"; "saqué un crédito o préstamo personal".
Está claro que el pesimismo domina la mirada al futuro de los consumidores argentinos porque mientras que en diciembre de 2021, solo el 25% de los encuestados tenía una perspectiva negativa respecto de 2022, en junio pasado esa cifra subió al 41% respecto a lo que resta del año, mientras que los optimistas son solo 31% del total.
La situación económica es lo que más preocupa, tanto a nivel país como a nivel familiar.
Este eje tiene en mayor tensión al rango entre 30 y 50 años y niveles socioeconómicos bajos. La economía de los hogares, por su parte, es la principal variable desfavorable entre los jóvenes entre 18 y 29 años mientras que la inestabilidad política se suma como tercera variable de disconformidad, especialmente en los niveles socioeconómicos bajos a quienes también les preocupa la salud.
De acuerdo al relevamiento de ShopApp, el 63% de los encuestados declara haber reducido sus gastos para compensar la caída de ingresos, especialmente los jóvenes entre 18 y 29 años.
En tanto, entre los sectores de ingresos altos se populariza más el uso de ahorros y la financiación con tarjetas para paliar la situación.
Según el sondeo solamente un 10% declara no haber reducido sus gastos, porcentaje que asciende a un 19% en niveles socioeconómicos altos.
Entre los que se vieron en la obligación de reducir gastos, el ocio es el principal recorte, seguido de las compras de vestimenta y calzado.
Los más jóvenes se inclinaron por recorte de gastos "esenciales" en alimentos y bebidas; salud y transporte, televisión por cable y servicios de telefonía e internet. Se advierten también reducciones en el uso del gimnasio; mantenimiento y refacciones del hogar; educación, etc.
Como estrategias de ahorro se destacan las compras en oferta, especialmente popular entre mujeres y niveles socioeconómicos medios.
Esta opción crece desde diciembre entre hombres, jóvenes 18-29 y niveles socioeconómicos medios así como también el cambio de marcas como la segunda forma más popular para cuidar el bolsillo.
Otras estrategias de ahorro son efectuar compras más chicas y más frecuentes o, por el contrario, hacer compras más grandes pero menos veces por mes, abandonar categorías que no son de primera necesidad, comprar en mayoristas o por internet y priorizar los gustos de los hijos.