Según informes, Uber y Lyft planean otorgar a algunos de sus conductores bonos en efectivo con la intención de que puedan usarlos para comprar acciones en sus respectivas ofertas iniciales, que se realizarán en 2019.

Se trata de una solución complicada para un problema único que enfrentan las compañías de viajes compartidos, que no pueden otorgar acciones directas a sus conductores debido a las normas de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) que impiden otorgar estos papeles a contratistas, ya que técnicamente no se consideran empleados a tiempo completo bajo la ley.

Si bien la SEC ha solicitado comentarios de las compañías sobre si debería o no cambiar esa regla, es poco probable que, incluso con el apoyo de Uber, Lyft y Airbnb, esos cambios lleguen a tiempo.

Al otorgar a los conductores bonos en efectivo con la opción de ponerlos en acciones (los conductores también pueden optar por quedarse con el dinero), Uber y Lyft les están dando la oportunidad de invertir (y obtener algunas de las ganancias, si las hubiera) en la empresa a precios de salida a bolsa, sin otorgarles directamente stock.

Según The Wall Street Journal, los dos programas difieren entre sí. Lyft (que está planeando lanzar su OPI en marzo) tiene el plan más simple de los dos. Los conductores que hayan completado 10,000 viajes obtendrán u$s 1,000 en efectivo, mientras que los conductores con más de 20,000 viajes obtendrán u$s 10,000. Sin embargo, dado que ninguna de las compañías ha anunciado formalmente los programas de bonificación, es posible que los planes cambien.

Uber (cuya IPO se espera poco después de la de Lyft) destinará cientos de millones de dólares al programa que otorgaría a "una parte significativa" de los conductores un bono directo en efectivo o la oportunidad de utilizar esos premios para comprar acciones en la OPI.

Aparentemente, los bonos se distribuirán según el tiempo que un conductor haya trabajado con Uber y la cantidad de viajes que hayan realizado, aunque todavía no se sabe cuánto dinero recibirán los conductores individuales.

El hecho de que los conductores de viajes compartidos no se consideren empleados de tiempo completo ha sido un debate polémico en los últimos años.

Varios juicios alrededor del mundo han tratado de clasificar a los choferes como empleados de pleno derecho, aunque los tribunales han fallado en gran medida a favor de Uber y Lyft, manteniéndolos como contratistas independientes.

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