La palabra blockchain se está incorporando cada vez más a nuestras vidas. Si bien antes solo podía aparecer cuando leíamos algún artículo muy específico, ahora se está ampliando su uso y, por lo tanto, su cotidianeidad.

Pero, aun hay muchas cosas que no sabemos de las cadenas de bloque. Una de ellas es que se puede dividir en dos grandes grupos: públicas y privadas.

Si usamos como ejemplo un coche, ambas poseen la misma carrocería y el mismo motor, sólo que ahora pueden optar por complementos diferentes, a gusto del consumidor.

Las primeras blockchains fueron diseñadas para ser:

-Públicas: cualquier persona sin ser usuario puede acceder y consultar las transacciones realizadas.

-Abiertas: cualquier persona puede convertirse en usuario y participar del protocolo común si posee unos mínimos conocimientos técnicos.

-Descentralizadas: lo son en cuanto que no existe un usuario que tenga más poder que otro en la red y todos los nodos son iguales entre sí.

-Pseudoanónimas: los propietarios de transacciones no son identificables personalmente, pero sus direcciones sí son rastreables debido a su carácter público. Por eso, la mayoría de blockchains públicas no pueden ser anónimas, excepto aquellas expresamente diseñadas para ser anónimas.

Por definición, una blockchain pública es una red descentralizada de ordenadores que utilizan un protocolo común asumido por todos los usuarios y que permite a estos registrar transacciones en el libro mayor (ledger, en inglés) de la base de datos, informa América Economía.

Esas anotaciones son inalterables, aunque los participantes en una blockchain de estas características pueden verificar de forma independiente y por consenso los cambios que se realizan en los registros.

Las unidades de cuenta que se utilizan en las cadenas de bloques públicas muchas veces se denominan tokens, que no es más que una serie de dígitos que representan un registro dentro de la cadena de bloques.

Por ejemplo, una cadena alfanumérica como "3J98t1WpEZ73CNmQviecrnyiWrnqRhWNLy" es un token. Por tanto, un token en una blockchain pública puede ser cualquier cadena alfanumérica que represente un registro en la base de datos descentralizada y que sea aceptada, por consenso, dentro de esa misma blockchain.

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