Esta semana, Facebook anunció su cambio de nombre a Meta, el nuevo nombre del holding que controlará todas las marcas de la compañía para resaltar sus aspiraciones al llamado metaverso.

Aunque ambiciosos, los planes de Facebook siguen estando sujetos a algunas de las limitaciones inherentes al modelo de la Web 2.0. En general, se espera que dé lugar a una red segura menos transparente en la que el valor creado no recaiga en los usuarios, como ocurriría en una plataforma descentralizada como Ethereum.

Desde la adquisición de Oculus en 2014, la visión de Facebook sobre la realidad virtual ha evolucionado. Una condición clave en el momento de la adquisición era que los usuarios no necesitaran un nombre de usuario de Facebook para iniciar sesión. Esa condición ya no existe, con la imposición por parte de Facebook de tener obligatoriamente una cuenta en la red social. Además, conecta la información de un usuario con sus datos en otras plataformas de Facebook.

A medida que Facebook se ha expandido, la relación con sus usuarios se ha vuelto cada vez más extractiva. Se ha convertido en un tópico, pero los usuarios son el producto que alimenta los ingresos publicitarios al final del día. Esto les lleva a beneficiarse a costa del tiempo y la información de sus usuarios.

Las empresas construidas en el metaverso de Facebook también corren el riesgo de competir con ella si deciden lanzar sus propias aplicaciones. También en este caso la relación con los complementos no es óptima, indicó Cointelegraph,

Relación con las plataformas Fuente: a16z

La Web 3.0 ofrece la posibilidad de enmendar estos problemas al alinear los intereses de los usuarios y las plataformas. Esto es así porque los usuarios, los creadores y los propietarios de la plataforma pueden ser los mismos en la web descentralizada.

Los tokens pueden servir como mecanismos de incentivo para atraer a los usuarios y a los creadores y pueden utilizarse para votar en las decisiones sobre el metaverso. Aunque esto no garantiza que todo el mundo esté contento con los resultados, permite a los participantes influir en la dirección de la plataforma.

Los usuarios y creadores no tienen que confiar en que una entidad actúe en su beneficio. A través de la cadena de bloques, las personas pueden validar abiertamente la actividad que se está llevando a cabo y si no les gusta lo que está sucediendo, pueden simplemente bifurcar la red. Algo que, por supuesto, no será posible hacer en Meta.

La sencillez de la creación de un competidor también crea presión para que estas plataformas desarrollen comunidades ávidas. Los usuarios y creadores también tendrían incentivos para hablar de los metaversos que apoyan en forma de tokens. Esto intensifica los efectos de red, pues los participantes se ven incentivados a traer más usuarios. Un ejemplo de ello sigue siendo la red Ethereum, que sigue creciendo y creando incentivos para utilizar su token y su red.

Volumen de ETH transaccionado Fuente IntoTheBlock

Los fuertes efectos de una red similar a la de Ethereum conducen a periodos de crecimiento exponencial, como puede verse en el volumen de transacciones de Ether. Esto podría llevar a las criptomonedas a una adopción más ascendente de un metaverso que el enfoque tradicional centrado en la publicidad. Lo que difiere directamente del modelo de negocio de Facebook/Meta.

Otro factor que vale la pena considerar en un metaverso impulsado por criptomonedas es la seguridad. La reciente caída de Facebook es un testimonio de los problemas potenciales de tener un punto de fallo centralizado y buscar siempre una solución descentralizada y, en este sentido, las finanzas descentralizadas (DeFi) y las criptomonedas pueden proporcionar una inmensa lección sobre cómo mantener rentable y sin problemas una operación costosa.

En el espacio cripto, la seguridad se distribuye en una red de nodos que trabajan entre sí. La mayoría de las plataformas de contratos inteligentes que servirían de base natural para un metaverso descentralizado se basan actualmente en (o están planeando) la prueba de participación (POS) para alcanzar el consenso y asegurar la cadena de bloques. En el caso de Ethereum, los stakers han depositado más de u$s 33.000 millones en ETH para proteger la red.

Total de Ethereum staked. Fuente: IntoTheBlock

Para cualquiera que intente atacar la red, necesitaría al menos un tercio del valor en juego para influir en el consenso. Además, como existen penalizaciones para los infractores, estos se arriesgan a perder sus activos si ponen en peligro la seguridad de la red.

También se penaliza a los validadores inactivos, lo que garantiza que los que protegen la red lo hagan constantemente. Este fue el caso del lanzamiento de la Beacon Chain de Ethereum, que registró un 100% de tiempo de actividad y ningún exploit conocido.

En general, existe un marcado contraste entre la apariencia de un metaverso de la web 2.0 y de la web 3.0. Aunque todavía no se sabe cómo se desarrollarán, un metaverso impulsado por criptomonedas promete una red más inclusiva, alineada y segura.

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