El incremento del comercio electrónico lleva a los países a estudiar un cambio en la forma en que se aplican los impuestos sobre las plataformas.

Esto sucede porque el consumidor destina cada vez más dinero de su sueldo a pagar servicios digitales y, hasta el momento, sigue teniendo una situación de competencia ventajosa respecto al comercio tradicional.

Además, muchas de estas empresas tienen sede fiscal en países con una tributación más baja.

"Eso no significa que no paguen impuestos. Los pagan. El problema es que las normas fiscales van por detrás de la realidad, que avanza mucho más deprisa, y más con la explosión que está habiendo del eCommerce. De ahí que se quiera poner orden", dice Fernando Matesanz, experto en IVA, a El Mundo.

La fiscalidad de la venta a distancia es compleja porque vendedor y comprador pueden estar cada uno en una punta del mundo. En medio, la plataforma de eCommerce hace de enlace.

Por ejemplo, un fabricante de cuadernos con sede en China vende a través de Amazon su producto a un cliente español. "El fabricante pagaría primero una tasa de exportación. Amazon cobraría comisión por hacer de intermediario, por anunciar sus cuadernos. El IVA lo pagaría el fabricante pero lo repercutiría en el cliente, aplicando la tasa española, la del país del que compra. Es en el caso de que Amazon revenda la mercancía que ha comprado del comerciante chino", resume Juan Camilo Sánchez, del despacho Garrigues.

Todas las plataformas de eCommerce pagan la tasa directa que grava a las empresas, independientemente de si tienen tienda física o son online, que es el impuesto de sociedades.

Para Daniel Vaccaro, profesor de fiscalidad en EAE Business School, el problema está en que "no tributan con la tasa de los países de gran consumo, porque tienen localizados la mayor parte de sus beneficios en países con una fiscalidad más ventajosa".

Con respecto al IVA, también hay problemas. En este caso la clave está en que las plataformas de comercio electrónico no se responsabilizan de que sus vendedores tributen esta tasa. El vendedor es actualmente responsable del pago del IVA, no la plataforma o marketplace.

Si la venta es a un particular se le aplica el IVA según la tasa que rige en el país del que vende. Si es entre empresas, se aplica el IVA del comprador.

El problema con estas plataformas es que en ninguno de estos casos tienen la obligación de responsabilizarse del IVA de sus vendedores, de manera que algunos no facturan.

Se calcula que se pierden 15.000 millones de euros en el agujero negro del IVA, de ventas que no se tributan como es debido en la UE. Aquí no sólo entra el eCommerce.

Para evitar esto, a partir de 2021 la normativa europea obliga a cambiar las reglas: las plataformas serán las responsables de recaudar este impuesto y luego entregarlo en las haciendas de los países correspondientes.

Te puede interesar