Gerald Cotten era el nombre de este canadiense que fundó QuadrigaCX, el exchange de criptomonedas más grande de Canadá, quien falleció repentinamente a mediados de diciembre en la India.

La firma está en serios problemas ya que no puede pagar la mayor parte de los 145 millones de dólares (unos 190 millones de dólares canadienses) en inversiones de clientes porque su fundador era la única persona que conocía las contraseñas de la “cartera fría” (como se llama al monedero para almacenar monedas virtuales que no se conecta a Internet).

Para hacer frente a los problemas, la junta directiva de la compañía dijo días atrás que había presentado una solicitud de protección a los acreedores ante el Tribunal Supremo de Nueva Escocia en un intento de ganar tiempo para abordar "problemas financieros importantes" afectando su capacidad de servir a sus clientes.

"Durante las últimas semanas, hemos trabajado para abordar nuestros problemas de liquidez, que incluyen el intento de localizar y asegurar nuestras muy significativas reservas de criptomonedas almacenadas en billeteras frías, y que son necesarias para cubrir los saldos de criptomonedas de los clientes en depósito", dijeron desde la compañía.

"Desafortunadamente, estos esfuerzos no han tenido éxito", agregaron.

La demora de más de un mes de informar sobre la muerte de Cotten generó especulaciones por parte de los usuarios respecto a si el negocio era una estafa, y hasta proponiendo teorías conspirativas que cuestionan si el director ejecutivo está realmente muerto.

Un certificado de fallecimiento emitido por el gobierno indio y obtenido por CoinDesk corrobora el relato de QuadrigaCX sobre la muerte de Cotten a principios de diciembre. Este documento fue emitido por la Dirección de Economía y Estadística del Gobierno de Rajastán, e indica que Cotten murió en el Hospital Fortis Escorts el 9 de diciembre.

 

Otro tema que intriga es el testamento. El último fue firmado por Cotten el 27 de noviembre de 2018, según Bloomberg.

Allí Jennifer Robertson, su esposa, figura como única heredera de todos sus bienes y como albacea de su herencia. Y hay muchos activos bajo su posesión, incluyendo varias propiedades en Nueva Escocia y en Kelowna, Columbia Británica, un Lexus 2017, un avión, un yate Jeanneau 51 y sus dos chihuahuas, Nitro y Gully.

El problema es que su esposa no puede encontrar sus contraseñas ni ningún registro comercial de la compañía.

Los expertos que fueron contratados para intentar hackear las computadoras de Cotten sólo tuvieron un "éxito limitado" y los esfuerzos para acceder a una llave USB encriptada también fueron en vano, dijo Robertson.

Es que Cotten siempre fue consciente de la seguridad para prevenir caer víctima de los hackers. Su computadora portátil, direcciones de correo electrónico y el sistema de mensajería que usaba para gestionar su empresa a lo largo de 5 años estaban encriptados.

El director ejecutivo era el único responsable de mover los fondos de la empresa, y para evitar ser hackeado trasladó la "mayoría" de los criptoactivos a lo que se conoce como almacenamiento en frío, o sin conexión a Internet, según el archivo de la corte.

Mientras siguen tratando de encontrar la contraseña, algunos clientes de Quadriga afirman que se les debe dinero y están buscando sus propias vías legales.

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