Los argentinos estamos comprando menos que en años pasados. Según la Encuesta de Centros de Compras realizada por el INDEC, hay una caída del consumo del 15% con respecto al 2017, generada en parte debido a que la inflación en el 2018 fue la más alta desde 1991 a la fecha produciendo una pérdida del poder adquisitivo.

Por este motivo, resulta realmente importante ser responsables a la hora de financiar una compra sea con tarjeta de crédito o a través de un préstamo personal.

El costo de financiación tanto para las tarjetas como para los préstamos experimentó un importante incremento durante este año a partir de la suba de la tasa de referencia al 60% por parte del Banco Central y que, por lo tanto, utilizar hoy para la compra alguna de estas dos herramientas resulta más costoso que en 2017, según MdzOl.

El uso de la tarjeta de crédito puede ser riesgoso porque en momentos como estos recurrir al pago mínimo genera el cobro de intereses moratorios superlativos cercanos al 125% según el promedio expresado por el Central siendo esta una dificultad que están enfrentado cada vez más familias, pues, el porcentaje de morosidad se encuentra en aumento llegando al 3,7% casi el doble que en el 2015.

Las compras con tarjetas de crédito se han encarecido debido, en parte, a que los comercios reciben el pago de las entidades luego de 28 días, lo que según declaraciones provenientes de La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) es un plazo demasiado extenso si se tiene en cuenta la aceleración de los costos a partir de la suba de tarifas de servicios y los aumentos en el valor del combustible.

Por el lado de los préstamos rápidos para el consumo, a partir del informe de BCRA, instituciones como Santander Río, Itaú, Galicia, BBVA Francés y ICBC hacen un promedio de tasa de interés anual del 149%.

En este punto llevan una amplia ventaja los bancos estatales, ya que el promedio de la tasa de interés anual aplicada para sus préstamos por Banco Provincia de Buenos Aires, Ciudad y Nación es del 96%.

Opciones atractivas

Existen tres alternativas que por contemplar intereses más bajos que el resto de las herramientas se encuentran cada vez más dentro de la consideración de los argentinos al momento de financiar la compra de un producto.

Programa Ahora 12

Por el lado de las tarjetas de crédito, una buena opción es comprar a través del programa estatal llamado “Ahora 12”. El costo financiero total de las compras realizadas con el programa gubernamental también tuvo se incrementó durante el 2018 ubicándose cerca del 50%, por lo que, es costoso, pero considerablemente más económico que los consumos realizados por fuera del programa los cuales muestran un CFT superior al 100% para compras en 12 cuotas.

Préstamos personales UVA

A partir de los resultados del Relevamiento de Expectativas de Mercado que es una encuesta que realiza el Banco Central a actores privados del sector financiero, se estima una baja en la inflación anual del 2019 que sería según las estimaciones de un 27%. Este contexto es favorable para la toma de créditos UVA que se ajustan según la inflación.

Como ventaja, el préstamo UVA permite el acceso a personas con menores ingresos debido a que la cuota inicial es significativamente más baja que la del crédito tradicional.

Créditos ANSES

Es otro programa estatal anunciado por el gobierno en agosto del año pasado con características similares a los créditos que anteriormente recibían el nombre de “Argenta”, los destinatarios son jubilados, pensionados y aquellos que reciben algún tipo de asignación social.

Los montos van desde los 35 mil a los 80 mil pesos con plazos de 24 a 60 cuotas con intereses realmente competitivos que oscilan entre el 32 y el 39,50 por ciento. El crédito puede tramitarse en cualquier sede de ANSES, por internet y por teléfono.

¿Por qué en Argentina se recurre más a las tarjetas que a los préstamos?

En primer lugar, en el país es más sencillo cumplir con los requisitos para acceder a una tarjeta de crédito que para conseguir un préstamo tradicional en un banco, además, la tarjeta tiene la inmediatez necesaria para resolver imprevistos en el momento o para aprovechar promociones ocasionales de pago en cuotas de diferentes productos.

Además, al ser un año con una coyuntura inestable, muchos optaron por reducir lo máximo posible los grandes gastos y se sabe que, para pequeños esfuerzos la tarjeta de crédito resulta más conveniente mientras que para las inversiones más importantes suele aconsejarse la toma de un préstamo.

Por último, de recurrir a financiar la adquisición de un bien ya sea con tarjeta o con un préstamo, lo importante es tener en cuenta el Costo Financiero Total que ofrecen las distintas alternativas antes de tomar una decisión.

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