La Argentina ya se posiciona como uno de los mayores inversores de criptomonedas en Latinoamérica. Incluso se encuentra entre los países que obtuvieron mayores ganancias en Bitcoin el año pasado.

Sin embargo, en la medida en que crece el mercado de criptoactivos, también lo hacen las estafas electrónicas y los delitos digitales. Es por ello que no se puede dejar de lado una cuestión clave: la seguridad.

Las plataformas de intercambio de criptomonedas e inversores institucionales con custodia propia se han encontrado con que el valor de los criptoactivos, en sus oficinas y, muchas veces, en sus propias casas, se ha multiplicado convirtiéndose involuntariamente en un objetivo para cualquier atacante.

De hecho, en 2020 se perdieron más de u$s1.900 millones debido a hackeos, robos, fraudes y acciones de apropiación indebida, y la predicción para 2021 continúa esta tendencia, según el Cipher Trace Anti-money Laundering Report. Según los datos de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia, en Argentina han aumentado un 3.000% los fraudes electrónicos durante la pandemia.

La responsabilidad de crear un espacio seguro para la protección de las claves, los sistemas, las personas y los procesos de gestión, está suponiendo un verdadero problema para el que muchos operadores no están suficientemente preparados.

Combatir las amenazas que rodean la protección de criptoactivos supone un enorme esfuerzo en recursos técnicos, humanos y económicos en términos de seguridad, sin ser para la mayoría el núcleo de sus negocios.

La aparición de especialistas como Prosegur Crypto posibilita a muchos operadores del mercado institucional de criptoactivos el acceso a un modelo de seguridad y de servicios de primer nivel sin tener que asumir el costo y la responsabilidad de llevarlo a cabo.

En este sentido, es indispensable contar con tecnología que no esté conectada a internet porque un milisegundo sería suficiente para que un hacker accediera. Tampoco se puede dejar librada la seguridad a una simple oficina o un domicilio particular.

Existe una solución única que combina los dos entornos, el físico y el digital. Es una custodia "en frío", es decir que ofrece la capacidad de realizar transacciones de blockchain sin conexión online en ningún momento del proceso.

Este sistema consiste en un espacio inaccesible de gestión de claves en un entorno de máxima seguridad. Su acceso está blindado con numerosas medidas de seguridad en un entorno de protección de infraestructura militar que cuenta con cámaras de circuito cerrado, accesos biométricos, salas con control de aislamiento y acompañamiento permanente de personal armado en todas las instalaciones, además de estar totalmente aislado de cualquier comunicación del exterior gracias a firewalls configurados para tal efecto.

El liderazgo internacional y la innovación en el ámbito de la seguridad permitió crear una solución única en el mercado, al combinar los más altos estándares de seguridad física con tecnologías de última generación en el ámbito de la custodia de activos digitales.

Entidades financieras públicas y privadas, fondos y gestoras de inversión, family offices o exchanges que gestionan o invierten grandes cantidades de activos digitales, tienen ahora la posibilidad de acceder a un servicio institucional de custodia acorde al volumen de sus inversiones y fuera del alcance de cualquier tipo de amenaza.

* Por Raimundo Castilla, CEO de Prosegur Crypto 

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