Desde mi punto de vista, pese a que evolucionamos y cambiamos sobre todo en este último periodo, el orden financiero y económico todavía no tuvo un cambio radical. Mientras esta situación continúe seguimos anclados en el mismo debate entre keynesianos y austriacos: Keynes y su defensa del papel del Estado; Hayek y su defensa del mercado, los precios y la libertad.

Creo que Keynes y Hayek fueron representantes fundamentales para entender el mundo y la economía; por tanto, si creemos en un cambio, primero necesitamos comprenderlos a ellos.

Keynes fue un ferviente defensor de la intervención del Estado. En los años 30, dicha intervención estatal era buena y necesaria para corregir los desequilibrios del mercado, del sistema capitalista, y salir de las crisis, situación que estamos presenciando precisamente ahora.

Con esta premisa, las alternativas tan distintas como las del Estado del Bienestar o los regímenes totalitarios, podían ver en el keynesianismo su referente de gestión económica.

¿Y cómo había de intervenir el Estado? A través de dos vías, la de la política monetaria y la fiscal. O dicho de un modo más sencillo, o bien a través de la regulación del dinero y del tipo de interés (opción monetaria), o bien a través de los impuestos y del gasto público (opción fiscal), "hagamos pozos y luego tapémoslos" refiriéndose a un aumento del gasto público.

Esta segunda vía quizás la que resulta más novedosa en los momentos en que fue planteada, ya que rompía con el pensamiento económico admitido hasta la fecha y daba una nueva función al Estado.

Con este punto, Keynes veía como una solución a la recesión el hecho que el aumento del gasto público estimularía la economía y para financiarlo creía correcto que el Estado se endeude.

El impulso estatal movilizaría la economía varada, ayudada por un incremento del dinero en circulación emitido por el propio Estado. Esto que les cuento seguro les parece familiar porque es algo que hemos visto muchas veces a lo largo de la historia y también ahora conocemos algunos resultados no muy positivos de este tipo de elecciones para salvarse de una crisis. Tocará ver cuáles son las conclusiones de las políticas adoptadas para paliar la crisis actual.

Ahora, ¿qué sucede si hubiéramos elegido a Hayek para resolver las crisis? 

Pues básicamente todo giraba alrededor de los mercados libres y de los precios que éstos nos suministran. En los precios de los productos y servicios está toda la información. Los empresarios, con esa información, consiguen un crecimiento equilibrado. Las crisis acontecen cuando la intervención estatal distorsiona dichos precios, dicha información, lo que acaba generando inflación y recesión (burbujas y desempleo).

 
Por ejemplo, un tipo de interés fijado a través del Estado, de los Bancos centrales, excesivamente bajo, desencadena booms inversores que acaban en fuertes crisis económicas. Hayek apuesta por restringir el papel del Estado al mínimo, por acabar con los Bancos Centrales, dirigidos por el Estado y volver a monedas respaldadas por activos reales, etc.

Según Hayek, el Estado no soluciona las crisis, su intervención las causa. Ahora si realmente la economía se digitaliza y se elimina el intermediario no cree que tendríamos un nuevo orden más eficiente, donde como Hayek decía, dejemos al mercado que haga su magia. 

*Por Tali Salomon, directora general de la plataforma de inversión eToro para España y Latinoamérica.

 

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