En la famosa fábula de Esopo de "La Liebre y La Tortuga", existe una moraleja que hace referencia a la perseverancia de la tortuga en avanzar a paso lento pero firme hacia la meta sin dejarse distraer o amilanar por la burla ni la velocidad de la liebre. De algún modo demuestra que cuando el objetivo es claro y el foco suficiente no es fácil frenar a quien emprende ese camino.

Tras 12 años, no puedo dejar de pensar que esta fábula es el ejemplo ideal para entender a Bitcoin y al ecosistema de alternativas que pululan a su alrededor y, por qué no, de vaticinar el resultado final de esta carrera.

La Tortuga

En esta fábula, nuestro querido Bitcoin es la Tortuga. Un sabio, sigiloso, aburrido y poco carismático ser que no hace mucha cosa y que evoluciona lenta e imperceptiblemente debajo de su caparazón.

Esta tortuga se puso un único objetivo: ser un sistema monetario, global, inclusivo e inviolable. Y cuando decidió emprender su camino no lo hizo con bombos y platillos ni convenciendo a un tendal de empresas con promesas o falsas expectativas de rentabilidad rápida. Lo hizo convenciendo persona a persona sólo con el ejemplo y su código genético.

A la vista de cualquier mortal, esta tortuga no sólo arrancó anónimamente y tarde en una carrera antigua y con miles de corredores fornidos de todo el mundo, sino que tenía absolutamente todas las posibilidades de perder. Encima, ningún apostador que apoye su carrera se podría llevar el mérito de su triunfo.

No es de asombrarse que esta tortuga, durante sus primeros pasos, fuera ignorada y el hazmerreír de todos los competidores o históricos apostadores a los demás corredores.

Sin embargo, no es la única tortuga. Han habido otras en el tiempo, como el ORO, que aunque aún tiene apostadores por sus viejas historias de éxito, puede no serlo más en los tiempos y en la digitalización de las carreras de hoy.

Las Liebres

En esta fábula, sin embargo, no hay una sino un sinfín de liebres.

Las liebres se ven ágiles y hermosas. Se presentan en general con objetivos similares a los de la tortuga y en apariencia mucho más útiles o versátiles.

Son la apuesta fácil y rápida pero que te engatusa y oculta los pormenores de una propuesta que exige ceder en ellas ciegamente la confianza y poner límites a la libertad individual.

Entre estas liebres se encuentran, por un lado, las monedas fiat tradicionales y todo su evolucionado subsistema del fintech, cuyo valor se sostiene a fuerza de leyes y manipulación de la emisión o contracción monetaria, sistema que reiteradas veces termina abusado.

También son liebres las miles y miles de Blockchains o Tecnologías de Registro Distribuido (DTL) que nacieron bajo el lema de que lo único importante es la blockchain y no su modelo de consenso económico. Todas ellas más rápidas, con mayor volumen de transacciones por segundo, programables y versátiles, con gatitos y futbolistas, algunas más privadas, otras más concentradas o ideales para las empresas. ¿Cómo no apostar por estos espejitos de colores?

Y finalmente, las nuevas monedas estables, el Diem de Facebook y sobre todo los CBDCs —las flamantes criptomonedas de los bancos centrales—, que al ver que la propuesta tecnológica de la tortuga no era para reír sino que es varias veces más sólida y valiosa para un mundo global, digital y sin límites geográficos, se apuran a aparecer, pero manteniendo la centralización y la manipulación de su emisión y reestructuración de su código.

La Carrera

Como ya dije, apostar por las liebres parece una apuesta ganadora fija, varias están hace rato y/o tienen el apoyo de gobiernos, ejércitos, políticos, juristas, instituciones, o grandes empresas.

Todas ellas saltan alrededor del Bitcoin juntando más apostadores y más utilidades y más espejitos, burlándose o amenazándolo, como bufones incansables, mientras que la tortuga camina lentamente y con oídos sordos a las palabras necias, siempre por el medio, siempre con el foco puesto en ser simplemente la alternativa más sólida.

A cada paso, la tortuga va modificando ligeramente el campo de batalla. A cada piedra va encontrando una solución o surgen alternativas que se montan sobre ella en vez de querer reinventarla. Y así, a golpe de confianza y certeza va derribando máximas y demostrando los errores de las liebres que sucumben en el abuso y el apuro.

Mientras tanto, las liebres se enfrentan entre ellas:

Y así, en este campo el único inafectado sigue siendo el Bitcoin, al que no hay bomba que le rompa el caparazón y que se alimenta y crece con cada uno de esos apostadores que empiezan a abrir los ojos y a quitarse el velo del engaño o a sentir el peso de los límites a su libertad.

Cuando reconocen que la tortuga tiene chances de ganar o que és un escudo válido ante el fracaso del resto comienzan a poner algunas fichas en él.

Si la historia terminara como la de Esopo, todos sabemos que la Liebre se queda dormida en sus laureles mientras que la Tortuga, lenta pero segura, se quedará con el trofeo.

*Rodolfo Andragnes es presidente y cofundador de la ONG Bitcoin Argentina. Será uno de los expositores de LABITCONF, el mayor evento Bitcoin de Latinoamérica y que contará con cobertura exclusiva de iProUP. El encuentro es gratuito, pero con registro previo en la página oficial.

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