El Open Banking se convirtió en un concepto cada vez más popular dentro de la industria financiera. Esta tendencia, que nació de la mano de gigantes tecnológicos como Google, Facebook y Twitter, está avanzando a paso acelerado. 

En palabras simples, es la capacidad de que terceros creen nuevos usos para sus productos. Esto se canaliza a través de una API (Interfaz de Programación de Aplicaciones), que es un conjunto de protocolos que posibilitan conectar dos plataformas. En otras palabras, una API permite que la información de una empresa fluya hacia otra por un canal seguro.

En el marco del Argentina Fintech Forum 2020, especialistas de distintas empresas y sectores discutieron sobre la viabilidad de esta tendencia, sus dificultades y el gran impacto que tendrá en el mercado financiero.

 

"Es un movimiento mundial para crear nuevos productos y servicios que, al fin y al cabo, terminan beneficiando a los usuarios", comentó Gastón Krasny, CTO y cofundador de SeSocio y agregó:  "El objetivo es promover la inclusión en la industria para los tres jugadores clave: usuarios, bancos y fintech".

En este sentido, Iván Bolé, CLO de BKR, comentó que este cambio de paradigma abre grandes posibilidades: "Las fintech impulsamos esta transformación y los bancos se están despertando, aunque en un ritmo más lento. La expectativa de experiencia de usuarios que generaron las tecnológicas dejó un gap en el mercado y nosotros venimos a cubrir ese espacio". 

Por eso, esta la tendencia se apoya en que las entidades compartan la información de los usuarios con otras plataformas (siempre que ellos lo permitan), ya sean bancos o fintech, y así se puedan ofrecer más y nuevos servicios basados en aplicaciones.

Ejemplo y dificultades

Para brindar una mirada más global, estuvo presente en el panel Nydia Remolina, Adjunt Faculty de la Singapore Management University. Cabe destacar que Singapur tiene el mayor marketplace de APIs para facilitar el Open Banking, lo que la convierte en la "capital mundial" de esta tendencia.

"Acá tenemos un modelo donde el regulador es un facilitador, que funciona como un nexo de comunicación y que acompaña al ecosistema. Es un modelo orgánico, voluntario, que sigue ciertas guías y estándares para potenciar a todos los players", explicó Remolina.

Para lograrlo, el país asiático hay una gran "reciprocidad" entre los miembros del sistema, lo que apalanca todo el mercado de APIs abiertas, lo que abre nuevas oportunidades para brindar servicios y valor agregado a la industria.

 

"El rol de facilitador del Open Banking que asumió Singapur demostró ser muy efectivo para su implementación. Allí el regulador convenció a los bancos de abrir APIs por los beneficios que tenía", sumó la especialista.

Respecto al mercado local, Federico Goldberg, cofundador de Plunzo, afirmó que si bien hay un primer paso para la gestión y transferencia de dinero, hay una deuda pendiente entre los bancos y las fintech para lograr una sinergia que permita liberar definitivamente las APIs.

"No hace falta obligar a las empresas para que hagan lo propio. Cuando se empiezan a dar cuenta de que el negocio es jugoso, se abren solos. Sin embargo, a nivel tecnológico la Argentina está todavía atrasada y para ponerse a la altura hay que hacer una gran inversión. Entonces esto retrasa algunas decisiones", comentó Goldberg y sumó que "las billeteras pueden ayudar porque empiezan a jugar un rol similar al banco".

Sin embargo, Bolé explicó: "No necesitás ser dueño de un campo para hacer agricultura. El modelo de la banca del futuro es un mundo donde el front end lo van a manejar las fintech y el back end lo van a manejar los bancos".

Por último, Krasny reflexionó: "Las fintech somos aliadas estratégicas de los bancos, y de hecho los bancos están viendo nuevos canales de revenue ahí, como la monetización de sus APIs"

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