La inteligencia artificial ya ha dejado de ser solo una escena de una película de ciencia ficción para convertirse en una parte esencial de la vida cotidiana.

Actualmente, utilizamos sistemas de inteligencia artificial para interactuar con nuestros teléfonos y bocinas a través de asistentes de voz como Siri, Alexa y Google.

Algunos ejemplos los da Tesla, con sus autos que interpretan y analizan su entorno para conducir de una forma eficiente, o Amazon, que controla nuestros hábitos de navegación y luego ofrece productos que cree que nos gustaría comprar, e incluso Google, que decide qué resultados proporcionarnos según nuestra actividad de búsqueda.

Una de las dudas que surge con respecto a este tema es saber, en realidad, ¿qué es la IA?

La inteligencia es un sistema basado en recopilar datos sobre el entorno que explota esos datos para hacer predicciones de futuro a corto y largo plazo; esto se aplica tanto a las personas como a máquinas.

Cuando hablamos de IA en nuestras vidas, hablamos de todo, desde una computadora que puede leer un documento escrito a mano, empleando un lector OCR, hasta un robot que realiza una cirugía compleja por sí solo o una base de datos masiva que categoriza su personalidad según lo que hayas escrito y buscado en la red.

Según Digital Trends, los sistemas de AI ya están preparados para hacerse cargo de miles (incluso millones) de trabajos: cualquier trabajo que consista en que un humano obtenga información de otros humanos y la introduzca en un sistema es probable que quede obsoleto. De esta manera cajeros, recepcionistas, vendedores por teléfono y personal de ventanilla en un banco, están predestinados a desaparecer.

A medida que evolucionen los vehículos autónomos, drones automatizados y otras formas de transporte, también perderemos trabajos como conductores de camiones, empleados de correos, servicios de mensajería e incluso entregas de pizza. Las fábricas también se están volviendo totalmente automatizadas, al igual que los trenes de lavados de autos y las salas de cine. 

Pero a medida que la sociedad evoluciona para adaptarse a un mundo en el que las máquinas nos sirven, se generarán nuevos puestos de trabajo para la próxima generación.

Aún no sabemos cómo será una sociedad con una fuerza laboral basada en AI, pero muchos economistas creen que el mundo podría ser un lugar más brillante y más gratificante con máquinas que asumen los trabajos más aburridos y peligrosos.

Cuanto más estudiamos y desarrollamos la inteligencia artificial, más claro se aprecia que esta herramienta masivamente poderosa implica una gran responsabilidad. 

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