Un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (IMF) ha definido a Bitcoin (BTC) como "un billete de lotería".

En diálogo con The Guardian, el actual Profesor de Economía y Política Pública de la Universidad de Harvard, Kenneth Rogoff, explicó que el "sentimiento abrumador" entre los defensores de las criptomonedas es que la "capitalización del mercado podría estallar en los próximos cinco años, elevándose a u$s5-10 [trillones]".

La volatilidad histórica de la clase de activos emergentes, añadió, indica que la caída de Bitcoin desde sus máximos históricos de u$s20.000 a menos de u$s3.500 hoy en día es "una razón para no entrar en pánico".

Aún así, el economista descartó la visión de "criptoevangelista" de Bitcoin como oro digital, calificándola de "chiflada" y asegurando que su valor a largo plazo es "más probable que sea de u$s100 que de u$s100.000".

Según Rogoff, a diferencia del oro físico, el uso de Bitcoin se limita a las transacciones, lo que lo hace supuestamente más vulnerable a un colapso similar a una burbuja. Además, el proceso de verificación del uso intensivo de la energía de las criptomonedas es "mucho menos eficiente" que los sistemas que dependen de "una autoridad central de confianza como un banco central".

“Los reguladores están despertando gradualmente al hecho de que no pueden tolerar las grandes tecnologías de transacciones difíciles de rastrear que facilitan la evasión fiscal y la actividad delictiva", subrayó el especialista.

Para rogoff, esto coloca a Bitcoin en una doble obligación, con implicaciones para su valor futuro: "quitar el anonimato y nadie querrá usarlo; mantenerlo y los gobiernos de economía avanzada no lo tolerarán".

Si bien el economista señaló que los gobiernos de todo el mundo podrían, a su debido tiempo, "regular y apropiarse" de las innovaciones de la nueva clase de activos, como lo demuestra el interés de múltiples bancos centrales en la emisión de una moneda digital, una regulación mundial coordinada trataría finalmente de "acabar con los sistemas construidos en el ámbito privado", con solo ciertos valores geopolíticos atípicos como una posible excepción:

“La manera correcta de pensar en las criptomonedas es como billetes de lotería que valen la pena en un futuro distópico, en el que se utilizan en estados rebeldes y fracasados, o quizás en países donde los ciudadanos ya han perdido toda apariencia de privacidad. No es casualidad que la Venezuela disfuncional sea el primer emisor de una criptomoneda respaldada por el Estado (el "petro")."

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