Nada más antiguo que el dinero. Sacando la época del trueque, bien podemos afirmar que no hay nada más antiguo y pasado de moda que el efectivo.

Nos remontamos a China como al año 1227 con el Kublai Kan que empezó a imprimir “papel moneda”. Por supuesto que desde esa época escuchamos que el dinero está debidamente respaldado por reservas.

Sin ir más lejos, en nuestras pampas tuvimos los primeros billetes por el año 1820, con lo cual casi dos siglos después viene siendo un buen momento para dejarlos de lado.

¿Por qué? ¿Están las condiciones dadas en la Argentina para usar pagos digitales? La respuesta lisa y llana es sí, pero veamos los motivos que nos llevan a creer que esto es posible y no una utopía.

En primer lugar, los pagos digitales pueden realizarse bajo distintos mecanismos. Uno de ellos, el que cobra mayor masividad en nuestro país, es el de los dispositivos móviles.

Según el informe de OIA (Observatorio de Internet en Argentina), hay casi 64 millones de líneas celulares, algo así como un 145% sobre la población total y un promedio de dos líneas por usuario.

Además, tiene una distribución pareja entre los distintos rangos etarios, niveles socioeconómicos y locación geográfica.

Por otro lado, si vamos al tema de bancarización, según el Banco Central de la República Argentina (BCRA), en el país existen 45 millones de cajas de ahorro en pesos con tarjeta de débito asociada. El número creció enormemente los últimos años a partir de la incorporación de jubilados, pensionados y planes sociales.

Del mismo modo, podemos indicar que la cantidad de usuarios a Internet alcanza los 35 millones de personas. Es decir, si sumamos los tres conceptos (personas con dispositivos móviles personas con cuenta bancaria personas con acceso a internet desde los dispositivos) se responde la pregunta respecto sobre las condiciones.

¿Qué falta? ¿Faltan apps para pagos digitales? Ya hay disponibles en el mercado distintos modelos de billeteras digitales, algunas que usan las tarjetas de débito (como VALEpei), otras que usan cuentas virtuales (como Mercado Pago, PIM o Rapipago).

Las que usan la modalidad PEI (Pago Electrónico Inmediato) tienen la ventaja que articulan toda la operatoria desde tu caja de ahorros, pero con un mecanismo supersimple para enviar o solicitar dinero, parecido a como usás whattsapp: elegís el destinatario, ingresás cuánto dinero querés enviar y listo, instantáneamente, en forma gratuita y segura ya lo tiene disponible tu contacto.

Si tiene cuenta bancaria lo usa al instante y si es no bancarizado va a un cajero automático sin usar una tarjeta (operando con unas claves de seguridad de única vez que recibe) y listo.

Las modalidades de cuentas virtuales tienen la particularidad que requieren mecanismos de "cash in", es decir, hay que cargarle saldo a la billetera y luego usarlo para enviar dinero o realizar pagos.

En el momento en que queremos recuperar el saldo para usarlo para otra cosa tenemos que usar un mecanismo de "cash out" para retirar los fondos. Dependiendo de la billetera digital, esto es más o menos sencillo y se realiza de forma inmediata o luego de unos días.

Volviendo al tema de los pagos, las billeteras digitales pueden usarse (además de para enviar dinero, juntar plata para un regalo o repartir el gasto del asado) para realizar pagos a comercios y a profesionales.

Las modalidades también son variadas. Una de las que está cobrando más difusión en las últimas semanas tiene que ver con el código QR.

¿Cómo funciona? Muy simple, el comercio que quiere cobrarte por la venta de un producto tiene en el local un código QR impreso. Si voy a comprar a ese local, puedo escanear el código QR con mi billetera digital y, listo, ya realicé el pago y el comerciante lo cobró al instante y en general de forma gratuita.

Esta modalidad suele tener al menos dos alternativas: una con “importe cerrado” y otra con “importe abierto”.

¿Qué significa? La primera se usa generalmente para una promo puntual. Imaginate que estás comprando tres empanadas y una lata de cerveza y eso cuesta $100. Cuando escanees el código QR con tu celular te indicará que el valor a pagar es de $100, solo tenés que confirmar la operación con un clic y magia, ya está hecho el pago.

El de importe abierto es similar al caso anterior, solo que el comercio debe indicarte el monto total de lo que tenés que pagar y en tu celular ingresas el monto y confirmar la operación.

Usar billeteras digitales y escanear los QR son ideales para profesionales (psicólogos, abogados, contadores, etc.), al igual que para personas que tienen oficios (electricistas, plomeros, gasistas, etc.).

Imaginate que, en lugar de ir al cajero automático para sacar dinero y luego hacer estos pagos, podés hacer todos estos pagos con tu celular.

Último dato, ¿cómo se hace para masificar este tipo de pagos digitales?

Muy simple, hay que trabajar sobre dos cosas: la comunicación, es decir que todas las personas y los comercios sepan que existen estos mecanismos, que son mejores y más seguros que usar dinero en efectivo; y los cambios de hábitos de las personas que están acostumbradas a usar solo dinero en efectivo.

En síntesis, está todo listo para que los pagos digitales sean todo un éxito.

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