En el mundo actual ya es costumbre que miles de compañías puedan rastrear los movimientos de los usuarios y den recomendaciones basadas en los datos que recopilan de los dispositivos conectados a Internet.

Sin embargo, pocas veces se le presta atención a los riesgos que representa para la privacidad tener un televisor inteligente en casa. De acuerdo con un informe de Technavio, la realidad es que los televisores espían constantemente todos los contenidos que se visualizan para enviar esa información al mismo fabricante e incluso a sus socios publicitarios.

Muchos televisores actuales cuentan con una tecnología llamada reconocimiento automático de contenido (ACR, por sus siglas en inglés), la cual permite determinar al dispositivo qué es lo que se reproduce mientras se usa la TV, informó el sitio digitalpolicylaw.

Esta característica hace que el televisor pueda enviar ciertos paquetes de píxeles de la pantalla al fabricante del aparato, mientras la compañía determina el contenido comparando los paquetes con una base de datos para luego vender esa información a otras empresas.

Una smart TV puede incluso acceder y compartir la dirección IP a la que está conectada, con la que puede conocer información sensible como la dirección de un hogar y la lista de dispositivos conectados en la misma red. Los datos recopilados son usados para después dirigir anuncios específicos, no sólo en el televisor, sino también en otros dispositivos conectados.

El hecho de que un televisor pueda recopilar tantos datos y a la vez sea difícil optar por ocultar la información del usuario, hace que estos dispositivos se conviertan en un blanco fácil para los hackers, que pueden aprovechar un televisor no seguro para pasar por el router y acceder a una PC. El FBI también ha advertido sobre la amenaza de los televisores inteligentes y cómo un hacker podría aprovechar el micrófono o cámara del dispositivo para espiar a las personas.

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