Con una amplia carrera en Google y Uber, Anthony Levandowski es uno de los ingenieros más reputados en el campo de la conducción autónoma y ahora se enfrenta a una pena máxima de 330 años de cárcel por 33 delitos de robo de secretos comerciales a Google.

Los problemas legales de Levandowski comenzaron el 26 de enero de 2016, cuando abandonó Google sin previo aviso para trabajar con Uber. Esto provocó una respuesta en Google que llegó a los tribunales y tras cuatro meses de juicio, se saldó en febrero del año 2017 con un acuerdo amistoso entre ambas compañías: Uber entregó algo menos de un 1% de sus acciones a Google como compensación y Levandowski fue despedido.

Luego del proceso civil, el FBI comenzó una investigación coordinada por el agente especial John F. Bennet, en la que junto a sus agentes recopilaron pruebas sobre cómo este ingeniero descargó más de 14.000 archivos de Google (en su inmensa mayoría protegidos por contraseña) a su computadora personal.

Levandowski descargó todos esos ficheros mientras trabajaba como empleado contratado en Google, detalle que no ha impedido su imputación ni el juicio en su contra. De acuerdo con la fiscalía, los ficheros de los que se apoderó el empleado tenían información variada, como esquemas, instrucciones y documentos internos del proyecto.

Asimismo, también sostiene que "en el momento en el que se apoderó de los ficheros, Levandowski tenía relación con dos empresas que competía con Google en el campo de la conducción autónoma: Tyto LiDAR LLC y 280 Systems, Inc". En una maniobra empresarial a tres bandas, la segunda de las empresas cambió de nombre a Ottomotto y compró a la primera "poco después de que Uber acordase comprar a Ottomotto y fichar a Levandowski", aseguran.

"Todos tenemos derecho a cambiar de trabajo, pero nadie tiene derecho a llenarse los bolsillos de camino a la puerta. El robo no es innovación", ha asegurado el Fiscal Jefe en el distrito norte de Carlifornia, David L. Anderson.

Mientras tanto, los abogados de Levandowski, niegan cualquier clase de implicación de su cliente. Sostienen en un comunicado que no robó nada a nadie ya que "las descargas del caso sucedieron mientras que Anthony estaba trabajando en Google, cuando él y su equipo tenían autorización para utilizar la información. Ninguna de esos supuestos ficheros secretos ha acabado en manos de Uber o de otras compañía".

A lo largo del juicio, Levandowski se ha declarado inocente de los 33 delitos que le imputa la fiscalía. Asimismo, el juez ha decretado una fianza preliminar de 300.000 dólares para el acusado y ha establecido como garantía dos de sus propiedades valoradas en 2 millones de dólares. Además, Levandowski, que cuenta con doble nacionalidad, ha tenido que entregar sus pasaportes (francés y estadounidense) y deberá llevar una tobillera electrónica que informará de su posición en todo momento.

Si bien suena exagerada la pena máxima por esos 33 delitos, es probable que Levandowski llegue a pasar un largo tiempo en la carcel. Según declaraciones a Wired del abogado especializado en propiedad intelectual, Peter Toren, "estamos hablando material por valor de decenas de millones de dolares", asegura el abogado. Y por tanto, "de una condena muy, muy larga".

La jurisprudencia, que juega un papel esencial en Estados Unidos a la hora de dictar la magnitud de las penas, no cuenta con muchos casos de esta magnitud en su haber. Sin embargo, casos juzgados con una menor envergadura resultaron en penas muy elevadas.

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