Los enchufes tradicionales comienzan a quedar atrás: una nueva generación de dispositivos eléctricos promete revolucionar el hogar al ofrecer mayor seguridad, facilidad de uso y, sobre todo, la posibilidad de instalarse sin necesidad de realizar obras.
Durante décadas, el enchufe empotrado en la pared fue el estándar en viviendas y oficinas, pero su instalación requería romper superficies, lidiar con cables visibles o recurrir a extensiones poco estéticas y, en muchos casos, inseguras.
Ahora, varios fabricantes internacionales lanzaron al mercado sistemas modulares y flexibles que se fijan directamente sobre paredes, techos o vigas mediante adhesivos de alta resistencia o pequeños tornillos, eliminando la necesidad de modificar la instalación eléctrica existente.
Lanzan nuevos enchufes que reemplazan a modelos clásicos y no requieren obra en casa
Estos nuevos enchufes funcionan como módulos externos que se adaptan al toma corriente actual o incluso como dispositivos magnéticos que garantizan la conexión en el punto exacto donde se necesita.
La innovación simplifica la instalación e incorpora mejoras fundamentales en seguridad:
- evitan descargas eléctricas
- reducen el riesgo de sobrecalentamiento
- funciones inteligentes que permiten controlar el consumo desde apps
En países como España y Argentina, la tendencia ya se empezó a instalar. Los usuarios destacan la comodidad de poder sumar puntos de conexión sin tener que realizar reformas costosas ni convivir con cables sueltos.
Además, la estética juega un papel clave: los nuevos modelos eliminan la necesidad de las clásicas "zapatillas" o alargadores y, en cambio, ofrecen un diseño más limpio y moderno.
La propuesta se adapta especialmente a familias que buscan soluciones prácticas sin alterar la estructura de sus hogares. En muchos casos, los dispositivos permiten conectar varios aparatos a la vez y están diseñados para integrarse con sistemas de domótica, lo que abre la puerta a un uso más eficiente de la energía.
La posibilidad de instalar enchufes en minutos, sin polvo ni obra, representa un cambio cultural similar al que en su momento significó la llegada de las lámparas LED o los sistemas de iluminación inteligente.