La demanda de carreras universitarias atraviesa una transformación profunda en la Argentina. Entre los estudiantes crece el interés por trayectos más cortos, con salida laboral rápida y contenidos alineados a los cambios tecnológicos.
Del otro lado, el mercado de trabajo empuja en la misma dirección y exige perfiles más especializados, con formación concreta y capacidad de adaptación.
Universidades públicas y privadas ya ajustan su oferta académica para responder a ese nuevo escenario. La tendencia no implica la desaparición de las carreras tradicionales, pero sí una reconfiguración del mapa educativo, con más peso para la tecnología, la salud y las disciplinas aplicadas.
Las carreras de Medicina, Derecho y Psicología siguen entre las opciones más elegidas, aunque con una caída sostenida en los últimos años.
El retroceso resulta más visible en medicina, donde disminuye el interés frente a la extensión de la carrera y las condiciones laborales.
En paralelo, algunas ingenierías empiezan a ganar espacio, en especial informática y ciencia de datos.
Dentro del sector salud, surge un fenómeno que se consolida con fuerza: el crecimiento de la carrera de enfermería, impulsado por una demanda estructural que no logra cubrirse.
El factor demográfico explica parte de ese movimiento. Con una expectativa de vida que ronda los 78 años, aumenta la necesidad de profesionales orientados al cuidado de personas mayores. Geriatría y especializaciones afines suman estudiantes y proyección laboral.
El consenso entre especialistas marca un rumbo definido. Crecen las carreras STEM (aquellas que se engloban en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y aumenta el peso de la salud, mientras que la tecnología atraviesa cada vez más campos de estudio. Nuevas especialidades surgen en áreas donde la transformación ya avanza a gran velocidad.
Ingeniería en sistemas, inteligencia artificial, ciencia de datos, finanzas digitales y carreras vinculadas a la transición energética aparecen como parte del nuevo horizonte.
El desarrollo de energías solar y eólica, por ejemplo, impulsa la demanda de ingenieros con formación en producción y sustentabilidad.
En la Universidad Argentina de la Empresa, el viraje resulta explícito. Una de las apuestas más fuertes es la Licenciatura en Deportes Electrónicos, lanzada en 2024.
En una industria global que mueve cerca de u$s80.000 millones y podría superar los u$s93.000 millones en 2027, la carrera pasó de 50 a casi 130 estudiantes en poco más de un año.
La formación apunta a perfiles capaces de:
Los alumnos realizan prácticas en gaming centers y participan en actividades con actores clave del ecosistema.
Otra novedad es la Licenciatura en Finanzas Digitales, que inicia en 2026. El plan combina finanzas tradicionales con blockchain, criptomonedas, fintech, ciberseguridad y programación aplicada a inteligencia artificial.
La propuesta busca cubrir un vacío en educación financiera avanzada y formar profesionales preparados para liderar procesos de digitalización en bancos y fintech.
La carrera con mayor crecimiento es la Licenciatura en Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos.
"Las empresas no logran cubrir posiciones en big data, automatización y machine learning, lo que empuja una demanda sostenida de talento técnico", comenta a iProUP Ana Lotuso, recruiter y encargada de RRHH.
"El plan incluye matemática, programación profesional, modelos de lenguaje, visión artificial, robótica e IA generativa", agrega la experta. "Desde los primeros años, los estudiantes acceden a roles laborales como analistas de datos o desarrolladores junior, con títulos intermedios que aceleran la inserción", concluye.
La especialista explica que las profesiones más demandadas incluyen especialistas en:
Sin embargo, advierte que el conocimiento técnico pierde vigencia cada vez más rápido.
El mercado empieza a valorar perfiles con base sólida en ciencia y tecnología, pero también con pensamiento crítico, criterio ético y capacidad de adaptación.