Vivimos hiperconectados. Hacemos transferencias desde el celular, compartimos nuestra vida en redes sociales, trabajamos desde casa y hasta manejamos inversiones online. Pero a medida que crece nuestra vida digital, también se multiplican los riesgos.

En la Argentina y en el mundo, los fraudes virtuales, los hackeos y el robo de identidad son cada vez más comunes.

Basta con un clic en un enlace falso o una llamada engañosa para que alguien acceda a tus cuentas, a tus datos bancarios o incluso a tu información personal más sensible.

Las amenazas son muchas y evolucionan todo el tiempo. Desde estafas por WhatsApp y correos, hasta ataques más complejos como la ingeniería social, donde los delincuentes se hacen pasar por alguien confiable (una empresa, un familiar o incluso un banco) para manipularte y sacarte información clave.

Un error frecuente es suponer que este tipo de incidentes solo afectan a personas con poco conocimiento tecnológico.

Sin embargo, la realidad demuestra lo contrario: individuos con alto nivel educativo, experiencia digital e incluso formación en temas de seguridad informática también pueden ser víctimas.

Los ataques actuales están cada vez más sofisticados y diseñados para engañar tanto a usuarios desprevenidos como a personas con alto patrimonio o visibilidad pública

Para minimizar el riesgo de ciberdelincuencia, es fundamental mantener los dispositivos actualizados, incluyendo el sistema operativo, aplicaciones y programas de seguridad.

También, es recomendable utilizar contraseñas largas, activar la autenticación en dos pasos (MFA) y realizar copias de seguridad periódicas de la información, ya sea en la nube o en dispositivos externos.

Además, es importante seleccionar preguntas de seguridad con respuestas que solo vos conozcas y evitar el uso de redes Wi-Fi públicas para transacciones sensibles.

Por otro lado, se aconseja bloquear los dispositivos cuando no estén en uso y cerrar sesión al finalizar cualquier actividad en línea, especialmente en cuentas que contengan información financiera.

Estas medidas simples, pero efectivas, pueden marcar una gran diferencia para proteger tu información personal y patrimonial.

Aun adoptando las precauciones necesarias, es posible verse afectado por algún tipo de fraude o ataque cibernético.

En esos casos, contar con una red de protección adecuada puede marcar una diferencia significativa.

En los últimos años, surgieron alternativas como el seguro cibernético personal, que actúa como una herramienta complementaria para resguardarse frente a incidentes de mayor gravedad. 

Estas pólizas ofrecen cobertura ante pérdidas económicas, asistencia técnica, recuperación de datos e incluso acompañamiento legal en caso de que su información sea robada o utilizada sin autorización.

Algunas incluyen además protección frente a fraudes por ingeniería social. No se trata de generar temor, sino de estar preparados. Así como protege su casa o su auto, cuidar la identidad digital es esencial para preservar nuestra información personal.

*Por Christian Rada, líder de Finpro y Cyber para Argentina y Uruguay de Marsh.

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