Google, el gigante global de internet, confirmó oficialmente que regresará al mercado de las gafas inteligentes en 2026, con un nuevo dispositivo impulsado por inteligencia artificial (IA) y diseñado para integrarse de manera nativa con Gemini, su asistente de última generación.
El anuncio representa el retorno de la compañía a un segmento que había explorado hace más de una década con Google Glass, pero que ahora se relanza con un enfoque renovado y apoyado en avances tecnológicos que buscan transformar la interacción cotidiana con la información.
La propuesta contempla al menos dos líneas de productos. Por un lado, unas gafas sin pantalla, enfocadas en la experiencia de audio y en la interacción mediante comandos de voz, cámara y micrófono. Por otro, modelos con pantallas integradas en los cristales, capaces de proyectar información visual en tiempo real.
Ambos estarán soportados por Android XR, el sistema operativo de Google para dispositivos inmersivos, algo que permitirá integrar funciones como:
La compañía busca competir directamente con otros pesos pesados del rubro como Apple o Meta, que lidera el mercado de gafas inteligentes con sus demandadas Ray-Ban.
Para ello, Google se asoció con grandes nombres de la industria como Samsung, Warby Parker y Gentle Monster, con el objetivo de combinar diseño atractivo, comodidad y tecnología avanzada.
Aunque los diseños finales aún no fueron revelados, la estrategia apunta a ofrecer opciones para distintos perfiles de usuarios: desde quienes priorizan la comunicación sin distracciones visuales hasta quienes buscan experiencias más inmersivas.
El regreso de la firma a este segmento también responde a una visión más amplia: reducir la dependencia del teléfono móvil y trasladar muchas de sus funciones a dispositivos portables y discretos.
Según la compañía, las gafas con Gemini permitirán acceder a aplicaciones y servicios sin necesidad de sacar el celular del bolsillo, lo que representa un cambio profundo en la forma de interactuar con la tecnología.
La apuesta no es menor. Tras el fracaso definitivo de Google Glass, lanzadas en 2015, la empresa dedicó más de una década a perfeccionar el hardware y el software necesarios para que la experiencia sea fluida y atractiva, ahora con Gemini como motor de inteligencia artificial.