Según un estudio TREND LAB de Youniversal, las vacaciones siguen siendo un espacio de deseo, identidad y compensación para los argentinos
07.12.2025 • 00:01hs • COLUMNA
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Vacaciones 2026: el deseo resiste, incluso cuando el bolsillo no acompaña
El consumo es siempre un espejo de época. No sólo muestra lo que compramos, sino cómo nos narramos cuando el contexto aprieta.
En su último análisis nacional, realizado en noviembre de 2025, el TREND LAB de Youniversal, consultora de investigación y tendencias, detecta una paradoja profunda: la caída sostenida del consumo convive con una búsqueda activa por sostener el ánimo, la identidad y cierta idea de normalidad. Las vacaciones de 2026 se inscriben en esa tensión.
El 67% de los argentinos declara que planea tomarse vacaciones en los próximos 12 meses, pero más del 30% ya sabe que no podrá hacerlo. La contradicción entre deseo y posibilidad se vuelve evidente.
Las playas —ya sea en la costa argentina, Brasil o el Caribe— siguen encabezando el ranking de destinos soñados. Sin embargo, los lugares más lejanos como Europa, Miami y Orlando, aunque generan alto interés, se perciben como opciones poco accesibles.
En fechas clave como Navidad, Año Nuevo y Carnaval, las escapadas a la costa (local o internacional) son las más elegidas. Para viajes cortos, también se valoran otros destinos dentro del país, combinando presupuesto, cercanía y comodidad.
La última edición del estudio Consumer Mood Argentina del TREND LAB, que combina encuestas a 1.375 personas y focus groups en todo el país, confirma una tensión identitaria de larga data. El 84% sostiene que la clase media fue históricamente el motor del país, pero apenas un 40% se sigue considerando parte de ella. Aunque representa una leve mejora respecto de mediciones anteriores, está lejos del histórico 75–80 % que solía identificarse así.
Lo que emerge no es simplemente un país que se ajusta, sino uno que reconfigura el sentido del consumo. Cada compra se vuelve más estratégica, pero el deseo no desaparece: se adapta. Consumir en Argentina ya no es solo un acto económico: es un ejercicio de equilibrio emocional. Incluso cuando no hay margen, los argentinos siguen buscando formas de sentirse un poco mejor, un poco más ellos mismos.
El consumo se vuelve más pensado, más táctico. Pagar más solo se justifica cuando hay una escena emocional relevante: una ocasión especial, un regalo, un momento que excede la función del producto.
Aunque crece el grupo que no está dispuesto a pagar más por nada (del 13% al 21%), también aumenta la valoración de que el producto habilite un disfrute extra, aunque sea mínimo y episódico.
Es por ello que, en un país que se ajusta, el deseo no se extingue: se transforma. Las vacaciones 2026 serán, para muchos, menos una cuestión de presupuesto y más una forma de sostener el ánimo, la identidad y el ritual. Las marcas que entiendan esta lógica híbrida estarán mejor posicionadas para conectar con los consumidores argentinos.
*Por Ximena Díaz Alarcón, CEO y Cofundadora de Youniversal.