El caso expuso cómo la falta de controles y la confianza ciega en líderes carismáticos pueden desatar colapsos financieros globales
15.10.2025 • 15:55hs • mundo cripto
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Caroline Ellison: la mente brillante detrás del colapso de FTX
Caroline Ellison, de 29 años, pasó de ser una promesa académica en matemáticas a ocupar el centro de una trama que sacudió los cimientos del universo cripto.
Hija de dos economistas del MIT, desde joven demostró una capacidad excepcional para resolver problemas complejos, algo que la llevó a trabajar en Wall Street y luego a liderar Alameda Research, el fondo de inversión vinculado a la exchange FTX.
Su ascenso fue meteórico. Ellison fue directora ejecutiva de Alameda Research, una empresa vinculada a FTX, fundada por Sam Bankman-Fried, con quien también mantenía una relación personal.
Según las investigaciones judiciales, Alameda utilizó fondos de clientes de FTX para realizar apuestas financieras de alto riesgo, sin su consentimiento.
Esta maniobra, que se mantuvo oculta durante años, terminó por desmoronarse en noviembre de 2022, cuando FTX se declaró en bancarrota, dejando un agujero financiero de aproximadamente u$s8.000 millones.
La joven ejecutiva fue acusada de fraude y conspiración por su participación directa en el uso indebido de esos fondos, se declaró culpable y decidió colaborar con la justicia, aportando información clave sobre las operaciones internas de FTX y Alameda.
El caso FTX generó una crisis de confianza en el ecosistema cripto
La cooperación de Ellison fue determinante para la condena de Bankman-Fried, pero también para reducir su propia sentencia.
A pesar de ello, el tribunal federal de Nueva York le impuso dos años de prisión y una multa de u$s11.000 millones, rechazando la posibilidad de libertad condicional.
El caso FTX es un símbolo del frenesí especulativo que rodeó a las criptomonedas en la última década y de como la falta de regulación, la confianza ciega en figuras carismáticas y el uso de estructuras opacas permitieron que se gestara uno de los fraudes más grandes del sector.
El colapso de FTX se convirtió en un punto de inflexión para la industria cripto, exponiendo los riesgos que implica operar sin regulación efectiva.
Durante años, Sam Bankman-Fried cultivó una imagen de filántropo visionario, mientras acumulaba poder en un ecosistema que lo celebraba como referente.
Sin embargo, detrás de esa fachada, FTX y Alameda Research funcionaban como una estructura opaca, donde los fondos de los usuarios eran redirigidos sin autorización para cubrir pérdidas y financiar operaciones especulativas.