Una llamada, un mensaje o incluso un simple clic equivocado. Eso es todo lo que precisan los ciberdelincuentes para quedarse con tu cuenta de WhatsApp sin que lo notes. En los últimos meses, los casos de clonación de perfiles se dispararon en Argentina, impulsados por métodos de engaño cada vez más sofisticados.
Este tipo de ataque busca suplantar tu identidad digital: una vez que los atacantes acceden a tu cuenta, pueden robar información personal o incluso contactar a tus familiares y amigos para extorsionarlos o pedir dinero bajo falsas excusas. La popularidad masiva de WhatsApp la convierte en un blanco ideal para este tipo de maniobras.
El método más común se basa en interceptar el código de verificación que WhatsApp envía para iniciar sesión desde un nuevo dispositivo.
Los estafadores se hacen pasar por personal de soporte de WhatsApp, representantes de organismos públicos, empresas de servicios o incluso agentes del Ministerio de Salud.
A menudo utilizan anuncios falsos en redes sociales para captar víctimas: promociones, descuentos o supuestas deudas que necesitan regularizarse. Una vez que logran engañar al usuario para que les comparta el código de verificación, toman control total de la cuenta y desconectan al verdadero dueño.
Con acceso completo, los delincuentes revisan los contactos y comienzan a enviar mensajes fraudulentos, haciéndose pasar por la víctima y solicitando dinero con distintas excusas de urgencia. Aunque no se trata de un delito nuevo, su frecuencia y sofisticación aumentaron al punto de encender alarmas entre expertos en ciberseguridad.
Para prevenir estos fraudes, WhatsApp recomienda una serie de medidas que todo usuario debería adoptar de forma inmediata:
La prevención sigue siendo la mejor herramienta. Frente al crecimiento del delito digital en Argentina, adoptar buenas prácticas de ciberseguridad es una necesidad urgente, incluso en herramientas tan cotidianas como WhatsApp.