A medida que la sociedad evoluciona, la ciencia y las herramientas TI también avanzan de manera constante, convirtiéndose en directrices estables en nuestras vidas.

Cada 11 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha que nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la crucial contribución que ellas realizan en los campos científicos y tecnológicos.

Es esencial reconocer que, aunque la ciencia y la sociedad van de la mano, persiste un patrón desde sus inicios: la baja representación de mujeres en el ámbito científico.

Pese a los avances en algunos países, la brecha de segregación estereotipada prevalece, destacando a los varones como referentes en las industrias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

En todo el mundo las cifras siguen revelando desigualdades. De hecho, un estudio de la UNESCO resaltó que solo el 33.3% de las personas profesionales en investigación científica a nivel mundial son mujeres, y en carreras STEM, el 35% de los estudiantes son mujeres.

En Argentina, una investigación del CONICET muestra que para el 2022 hubo más del 50% en la representación femenina en los organismos científicos, no obstante, se observa una disminución cuando llegan a los cargos más altos. ¿Por qué teniendo una participación muy activa, los ratios se diluyen al avanzar hacia posiciones de mayor visibilidad y liderazgo?

Ser mujer es una travesía a tiempo completo; debemos de asumir roles que la sociedad nos tiene asignados y no todos llegan a ponderar los ‘malabares’ que realizamos para cumplir nuestros sueños en un contexto que aún tiene mucho más que ofrecer en términos de diversidad.

Publicaciones realizadas a partir de datos divulgados por UNWoman y World Economic Forum permiten concluir que al ritmo que actualmente se atenúan las disparidades, una niña nacida en 2023 tendría que llegar a cumplir 285 años para vivir en un entorno donde la brecha de género sea sustancialmente inexistente. 

Estos datos, de manera muy contundente, nos interpelan y deben llamarnos a la acción. El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia es una ventana para reconocer la importancia de trabajar de manera sostenida en ampliar las oportunidades, y eliminar las barreras que las mujeres enfrentan en la ciencia y la tecnología.

Todos y cada uno de nosotros, desde nuestra área de influencia, debemos ser actores de este cambio. En el caso de NTT DATA, entre las diferentes iniciativas en el ámbito de diversidad de género, se destaca el programa WomenTogether, una acción interna basada en la formación y mentoría con perspectiva de género.

WomenTogether, no solo se enfoca en el desarrollo profesional de las mujeres en posiciones ejecutivas, sino que también aborda las barreras, estereotipos y sesgos de género que persisten en el mundo laboral. En un camino de transformación, promueve un liderazgo auténtico y genuino.

Con la búsqueda de empoderar a mujeres en posiciones ejecutivas, aseguramos nuestro compromiso firme hacia la construcción de un entorno donde las mujeres no solo participen, sino lideren en estos campos cruciales.

Además de las importantes iniciativas en el sector tecnológico, es vital reconocer el papel que la tecnología puede y debe desempeñar. La tecnología tiene el potencial para romper con los patrones tradicionales, impulsando avances sin precedentes que pueden mejorar significativamente la vida de cientos de miles de mujeres en el mundo.

La igualdad no es solo un ideal, es la clave para liberar todo el potencial innovador y transformador que la ciencia y la tecnología pueden ofrecer al mundo. Por lo tanto, días como hoy no solo son una celebración, sino también un recordatorio de la necesidad urgente de eliminar las desigualdades y construir un futuro donde el talento pueda florecer independientemente del género.

*Por Marina Álvarez Heritier, Partner en NTT DATA Argentina

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