Comenzó una nueva edición de Gran Hermano este lunes 11 de diciembre, en el que 22 concursantes participarán por un premio de $50 millones.
A poco de comenzar la edición 2023 del esperado reality, ya hay una polémica en puerta con uno de ellos, a pesar de que aún no se conocen a todos los "hermanitos".
Se trata de Lisandro Navarro, un asesor financiero que se presentó en la inauguración a la entrada de la popular casa.
Se dio a conocer que, entre los antecedentes de Navarro, llegó a trabajar durante dos años como asesor en Wenance, la fintech acusada de estafa que afectó a más de 3.000 inversores.
En su cuenta de X (exTwitter), Javier Smaldone, programador de renombre en redes, reveló que más de 200 empleados de Telefé, el canal emisor del programa, fueron estafados por la firma de créditos para el consumo fundada por Alejandro Muszak.
De hecho, según relató Smaldone, como consecuencia de la estafa de la firma en la que trabajó Lisandro un productor decidió suicidarse por las pérdidas económicas.
El jóven es oriundo de Lomas de Zamora y estudió la licenciatura en marketing en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.
Además de ser empleado de la fintech, Navarro habría trabajado como ejecutivo de cuentas en Banco Galicia y como asesor comercial Simplestate y Big Capital, según su perfil de LinkedIn.
En agosto de 2023, la fintech Wenance fue acusada de estafa, usura y asociación ilícita. Las denuncias fueron presentadas por clientes, inversores y autoridades públicas, situación que llevó a la justicia a trabar embargos millonarios sobre la empresa y su fundador, Alejandro Muszak.
"Wenance recibía los fondos de sus inversores y los estructura en fideicomisos financieros, pero no eran todos iguales", precisa a iProUP Juan Cruz Acosta Güemes, FDI Gerenciadora de Patrimonios, quien desglosa que hubo instrumentos:
El experto advierte que "los incumplimientos de pago se dieron en perjuicio de los inversores de los fideicomisos privados".
"Tal como estaban estructurados, Wenance originaba créditos frente a clientes de las plataformas Mango y Welp. Aportaba los préstamos al fideicomiso administrado por el fiduciario, quien a cambio le transfería el dinero aportado por los inversores (beneficiarios del fideicomiso)", expresa.
Así, "el fiduciario designaba a Wenance como agente de cobro y administración: su obligación era cobrar y transferir los fondos al fideicomiso. Con ese dinero, el fideicomiso hacía frente a los pagos de intereses (cupones) y capital a los inversores", completa Acosta.
"Si todo marchaba bien, había un 'calce' entre los pagos de los deudores y los compromisos de pago entre el fideicomiso y sus inversores. Cualquier problema en la cobranza podía disparar lo que terminó sucediendo: un 'descalce' entre ingresos y compromisos de pago", resalta el analista.
El experto menciona que "al tratarse de deudores más susceptibles a los vaivenes de la economía, el riesgo era lógicamente mayor".