Steve Jobs, fundador de Apple, quedó en la historia como una de las personalidades más reconocidas del mundo por sus obras y su legado.

Hoy, es recordado por todo eso y más. De hecho, a medida que pasa el tiempo se van conociendo nuevos detalles de algunas manías que el propio Jobs tuvo a lo largo de su vida hasta su fallecimiento el 5 de octubre de 2011.

Una de las tantas era la costumbre de enviarse mails a sí mismo para guardar todas las ideas que rondaban su mente. 

Al respecto, se dió a conocer el último correo que el propio empresario envío antes de su muerte el cuál, justamente, estaba dirigido a él mismo.

Steve Jobs: qué decía el último e-mail que envío

Así lo reveló el portal Steve Jobs Archive, un sitio web que recopila distintos momentos y mensajes inspiradores del creador del iPhone a lo largo de su vida.

El correo, con fecha del 2 de septiembre de 2010, hace referencia a los inventos creados por la humanidad que hacen más fácil la vida de las personas.

Steve Jobs, fundador de Apple, envío su último correo a su propia casilla, un año antes de su muerte

Básicamente, el mensaje, estructurado como si fuese un poema, consitió en una reflexión sobre la interconexión entre personas a través de la historia y de sus acciones.

En el documento, el exCEO de Apple hace mención a la comida, la ropa, el lenguaje, las matemáticas, las leyes, la música, la atención médica y otras cuestiones como inventos previos en los que no tuvo ninguna participación y que hacían su vida posible.

En este sentido, reflexionó en el hecho de no haber inventado "la mayor parte de la tecnología" con la que trabajaba.

A continuación, el mensaje que Steve Jobs escribió en su último e-mail:

Cultivo poca de la comida que como, y de lo poco que cultivo no crié ni perfeccioné las semillas.

No confecciono nada de mi ropa.

Hablo una lengua que no he inventado ni perfeccionado.

No descubrí las matemáticas que uso.

Estoy protegido por libertades y leyes que no he concebido, legislado, aplicado o juzgado.

Me conmueve música que no creé yo mismo.

Cuando necesité atención médica, no pude para ayudarme a sobrevivir.

Yo no inventé el transistor, el microprocesador, la programación orientada a objetos, ni la mayor parte de la tecnología con la que trabajo.

Amo y admiro a mi especie, viva y muerta, y soy totalmente dependiente de ellos para mi vida y bienestar.

Enviado desde mi iPad

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