El 24 de septiembre de 1869 (hace 151 años), ocurrió el el Viernes Negro, la crisis financiera iniciada el 24 de septiembre de 1869.

Durante la era de reconstrucción tras la Guerra Civil, el gobierno de los Estados Unidos emitió una gran cantidad de deuda pública para financiar la construcción.

Esto indujo la emisión de dinero fiduciario en dólares (denominados greenbacks), no respaldado por oro, pero legalizado para ser aceptado como pago de la deuda federal. Existía la creencia general de que el Gobierno de EE. UU. finalmente convertiría los greenbacks en oro.

En 1869, un grupo de especuladores, al mando de James Fisk y de Jay Gould, buscaron beneficiarse de este hecho acaparando el mercado del oro. Fisk y Gould primero recurrieron al cuñado del presidente Ulysses S. Grant, un financiero llamado Abel Corbin, a quien utilizaron para conseguir acercarse a Grant en actos sociales, donde argumentaron en contra de la venta de oro por parte del gobierno, y Corbin apoyó sus argumentos.

Corbin convenció a Grant para nombrar al general Daniel Butterfield como asistente del Tesorero de los Estados Unidos. Butterfield acordó avisarles antes de que el gobierno pretendiese vender oro.

A finales del verano de 1869, Gould comenzó a comprar grandes cantidades de oro, reteniéndolo. Esto causó el aumento de los precios, desplomándose el volumen de las existencias.

Después de que Grant se dio cuenta de lo que había pasado, el gobierno federal vendió 4 millones de dólares en oro. El 20 de septiembre de 1869, Fisk y Gould empezaron a acaparar oro, haciendo subir el precio aún más. El 24 de septiembre el sobreprecio del Águila Doble (una moneda con 30,09 gramos de oro con un valor facial de 20 dólares) era un 30 por ciento más alto que cuando Grant había accedido al cargo.

Pero cuando el oro del gobierno inundó el mercado, el precio se desplomó en cuestión de minutos. Los inversores vendieron precipitadamente sus participaciones y, muchos de ellos, incluyendo Corbin, se arruinaron. Fisk y Gould salieron del desplome sin daños financieros significativos.

Además...

El 24 de septiembre de 1928 (hace 92 años), se crea la primera línea de colectivo en Buenos Aires y del país.

Ese año año, un grupo de taxistas decidió realizar un recorrido fijo anunciándolo con un cartel en su parte delantera y permitiendo subir a más de un pasajero.

Con la desaparición del tranvía se convirtieron en el primer medio de transporte, absorbiendo muchos viejos recorridos. Dado a su desarrollo descentralizado y dinámico, los colectivos de la Ciudad de Buenos Aires representan una típica tradición porteña, y también son llamados coloquialmente con la palabra "bondi".

El negocio es manejado por unas pocas empresas privadas, la empresa que mayor número de líneas tiene es el grupo DOTA (Doscientos ocho transporte automotor) y le sigue La Nueva Metropol que cuenta con 27 líneas actualmente.

El servicio de transporte automotor de la Ciudad y la Región Metropolitana de Buenos Aires está conformado por 91 empresas que operan 136 líneas de colectivos.5

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