En varias oportunidades ha habido experimentos en la comunicación directa cerebro-cerebro, pero ahora este concepto se está extendiendo a redes completas.

Un grupo de investigadores del MIT desarrolló una red cerebral de tres personas que permite a sus participantes enviarse pensamientos entre sí.  En las pruebas, la “inteligencia colectiva” fue utilizada para jugar un juego de estilo Tetris.

La red se basó en una combinación de electroencefalogramas para registrar la actividad eléctrica y la estimulación magnética transcraneal para enviar información. Solo una persona podía enviar y recibir datos y dos personas podían enviar pensamientos al receptor. Esos dos emitían comandos para rotar un bloque al enfocar su atención en los LED que parpadean a diferentes frecuencias, modificando sus señales cerebrales. El receptor no solo sabía si debía o no rotar el bloque, sino que incluso podría determinar si uno de los remitentes estaba engañándolo o no.

Vale destacar que de ninguna manera esto es telepatía, ya que requiere de intervención externa y solo puede enviar un "bit" de datos a la vez. Sin embargo, la tecnología podría ampliarse a un número mucho mayor de personas, y sugiere que con el tiempo podría transmitir pensamientos considerablemente más complejos entre grupos. Si bien podría crear todo tipo de confusiones (sin mencionar problemas graves de privacidad), tiene potencial tanto para desarrollar nuevas formas de comunicación, como para ayudar a científicos a aprender sobre el funcionamiento interno del cerebro.

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