Las especulaciones en Brasil sobre la venta de Oi, una de sus grandes empresas telecomunicaciones, se han disparado en el último mes y medio. Los principales candidatos para comprarla serían sus competidores, Telefónica, TIM y Claro, la filial de América Móvil (el grupo de Carlos Slim).

En la prensa local se han citado los nombres de AT&T y de algún operador chino. Los rumores se han acelerado con la aprobación de la nueva ley de telecomunicaciones de Brasil, más favorable a las posibles fusiones.

Según informó la agencia Reuters, Oi habría ofrecido su negocio móvil a Telefónica y TIM para captar recursos con los que evitar la insolvencia. El grupo italiano negó que hubiese negociaciones, mientras que el consejero delegado de Telefónica Brasil, indicó que no hay contactos formales.

Todos están pendientes de Oi, inmersa en una grave crisis, desde que entró en concurso de acreedores en 2016, con una deuda de 65.000 millones de reales (unos 14.200 millones de euros).

El deterioro ha llegado a desatar los rumores sobre una posible intervención de la compañía por el regulador Anatel, para evitar problemas en el servicio para sus más de 50 millones de clientes.

Los resultados de Oi no han dejado de empeorar. En el segundo trimestre, sus ingresos cayeron un 8,1%, hasta 5.046 millones de reales, con un desplome en el área residencial del 12%. Por el contrario, sus principales competidores registraron crecimientos.

Oi perdió 1.559 millones de reales entre abril y junio, frente a los 1.258 millones perdidos en el mismo periodo del año anterior, con una bajada del Ebitda del 22%. En esta situación, la deuda neta de Oi, se situó a final de junio de 12.600 millones, un 25% más que un año antes.

En estas condiciones, no hay día en el que la prensa brasileña no apunte posibles movimientos. Así, Oi también podría plantearse la venta de su participación en la filial angoleña Unitel, y emitir deuda garantizada por 2.500 millones de reales.

Otro problema es la dificultad de la empresa en la toma de decisiones. El accionariado de Oi cambió drásticamente el pasado año cuando acreedores como GoldenTree, York Capital y Solus Alternative pasaron a ser los principales accionistas tras convertir la deuda en títulos.

Además, algunas decisiones deben ser aprobadas por las autoridades judiciales, dada la situación de concurso, como por ejemplo, el visto bueno que dio una corte de Río de Janeiro para el nombramiento de un responsable de operaciones.

En este escenario, el grupo no ha dejado de estar castigado en Bolsa. Las acciones de Oi se dejan un 16% desde principios de año, pero, desde el precio máximo de las últimas 52 semanas, registrado en noviembre de 2018, la caída es del 55%, hasta 1,05 reales. El pasado 20 de agosto, en medio de la crisis, llegaron a cotizar en 0,71 reales.

Telefónica Brasil elevó sus ingresos un 0,4% en el segundo trimestre (un 1,1% en el semestre), hasta 10.870 millones de reales, gracias al móvil de contrato y la fibra. Los beneficios bajaron un 55%, a causa de los extraordinarios de 2018. Sin ellos, habrían subido un 26,4%.

La filial de América Móvil creció los ingresos un 1,1%, hasta 8.982 millones de reales, con un avance del 1,3% de los ingresos por servicios. El ebitda comparable se incrementó un 4,7% en el segundo trimestre, con un margen del 37%. La filial de Telecom Italia, registró unos ingresos de 4.263 millones de reales en el segundo trimestre, un 2,4% más. Los ingresos por servicios móviles crecieron un 2,4%.

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