Los hologramas fueron elegidos por el 28% de los adultos y el 39% de los jóvenes de 8 a 18 años, mientras que los implantes corporales y cerebrales fueron elegidos por el 31% de los niños y el 22% de los adultos.

Uno de cada cinco adultos (20%) pensó que se utilizaría un nuevo lenguaje como el emojis, al igual que un cuarto (25%) de los jóvenes.

Sólo el 13% de los niños y el 9% de los adultos dijeron que pensaban que los jóvenes se escribirían mensajes entre sí en 2049.

Las herramientas de comunicación más populares del futuro eran los relojes inteligentes y las gafas de realidad aumentada (52% de los adultos y 60% de los jóvenes).

Curiosamente, más de la mitad (56%) de los jóvenes estaban preocupados de que las personas de su edad pasaran demasiado tiempo en línea y no tuvieran suficiente tiempo para hablar con la gente cara a cara en el futuro.

"Creo que será difícil para la gente comunicarse en la vida real", comentó uno de los niños que participaron en la encuesta.

"Si los adultos miran fijamente a una pantalla, los niños nos copian[sus interacciones]. Ya no podremos comunicarnos cara a cara".

El Dr. Ian Pearson, futurólogo, fue más allá y predijo que nos comunicaremos a través de una forma de telepatía a partir de la tecnología de reconocimiento del pensamiento para el año 2050.

"Incluso en sólo diez años creo que aparecerán simples dispositivos de dictado y escritura – pensamos en ciertas palabras y un dispositivo registrará las palabras en las que estamos pensando y luego podremos enviarlas electrónicamente a otras personas", dijo.

"La IA será capaz de detectar nuestras emociones a partir de la lectura de nuestros manierismos, expresión facial y flujo sanguíneo para que las personas puedan comunicar sus sentimientos y emociones, así como sus pensamientos".

"Es posible que tengamos dispositivos electrónicos tan pequeños que podrían ser inyectados dentro de ti y navegar hasta tu cerebro donde podrían conectarse a sinapsis y transmitir información desde el cerebro a la electrónica externa, por lo tanto comunicándose telepáticamente y aumentando tu conocimiento y coeficiente intelectual".

Pearson reconoció que hay riesgos obvios al tener sus pensamientos y emociones conectados a Internet.

Si sus actitudes, puntos de vista e inclinaciones políticas son fácilmente accesibles, esto podría afectar la búsqueda de empleo y la seguridad laboral.

Sin embargo, podría permitir potencialmente que las personas vulnerables tengan cuidadores secundarios en forma de IA, ya que podrán detectar cómo se sienten y responder adecuadamente.

El informe también reveló una gran preocupación por el hecho de que los jóvenes utilicen hoy en día Internet.

Más de cuatro de cada cinco adultos (83%) dijeron que sienten que ser preparado o explotado en línea y ser acosado cibernéticamente es un riesgo para los jóvenes en línea, indicó Zopplo.

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