Satya Nadella, CEO de Microsoft,reveló la barrera que enfrentan los gigantes tecnológicos a la hora de desarrollar sus modelos de inteligencia artificial (IA) y destacó que el problema ya no es la falta de chips, sino la imposibilidad de conectarlos por falta de infraestructura energética.

Según Nadella, la falta de energía suficiente para alimentar los chips es el gran obstáculo que frenará el avance de la IA.

"El mayor problema que tenemos ahora no es el exceso de capacidad informática, sino la energía. Es algo así como la capacidad de construir [los centros de datos] lo suficientemente cerca de fuentes de energía", explicó en una entrevista junto a Sam Altman, líder de OpenAI.

Y agregó: "Si no podés hacer algo así (suministrar suficiente energía), tendrás un montón de chips abandonados en el inventario y que no podés conectar; de hecho, ese es mi problema ahora mismo: no es que no tenga un suministro suficiente de chips, sino que no tengo suficiente energía para usarlos". 

Los centros de datos que alojan modelos de IA crecen de manera vertiginosa y demandan enormes cantidades de energía para entrenar, operar y escalar.

Para el ejecutivo, "el riesgo es tener un inventario lleno y no poder usarlo", lo que representa una pérdida millonaria y una amenaza para la competitividad tecnológica.

La expansión de la IA presiona el sistema eléctrico mundial

Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), en 2022 los centros de datos —sin contar los dedicados a criptomonedas— consumieron entre 240 teravatios y 340 teravatios-hora de electricidad.

La cifra representa un incremento que ronda entre 20% y 70% comparado con 2015; además, en abril de 2024, IEA advirtió que varios países podrían experimentar un crecimiento significativo en ese consumo en los próximos años.

En ese contexto, la construcción de nuevos centros de datos dependerá cada vez más de su proximidad a fuentes de energía renovable o de alta capacidad, algo que podría redefinir el mapa tecnológico global.

La presión sobre el sistema eléctrico también genera preocupaciones ambientales, ya que medida que la IA crece, su huella energética se amplifica.

El contexto obliga a buscar soluciones sostenibles que permitan innovar pero sin comprometer el equilibrio climático.

El problema de la falta de electricidad también plantea desafíos para los gobiernos, que deberán repensar sus políticas energéticas si quieren sostener el crecimiento digital.

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