Que un CEO admita que la misma tecnología que promueve podría volverse en su contra no es algo que se escuche todos los días. Sin embargo, Satya Nadella, presidente de Microsoft, lo hizo durante una reunión interna de la compañía la semana pasada.
En ese encuentro, el ejecutivo aseguró estar obesionado por la posibilidad de que la compañía termine como Digital Equipment Corporation (DEC), la legendaria empresa que se fundió en los años '70 por su imposibilidad de adaptarse a los cambios del sector.
Pero el temor de Nadella tiene razones concretas. Recientemente, Elon Musk presentó su proyecto "Macrohard", un sistema de IA que busca replicar productos como Office sin depender de la infraestructura tradicional de Microsoft, es decir, si no hay necesidad de hardware físico, los programas pueden ser completamente simulados con IA.
Este escenario impulsó a Microsoft a acelerar su estrategia de IA y desembolsar inversiones masivas, como los u$s80.000 millones para centros de datos especializados en inteligencia artificial, que superan ampliamente los montos que gastaron otros gigantes como Google o Meta.
En paralelo, la compañía también recorta puestos de trabajo y aplicando despidos masivos.
Por otra parte, la relación con OpenAI, que debería ser un aliado clave, también presenta desafíos. Esta necesita más potencia de cálculo de la que Microsoft puede brindar, aunque para no afectar la colaboración entre ambas, firmaron un acuerdo preliminar multimillonario, cuyos términos finales todavía están por definirse.
IA en todos los rincones de Microsoft
Microsoft está incorporando los modelos de OpenAI directamente en Windows, incluso sin necesidad de estar conectado a internet. La propuesta promete, pero también evidencia hasta qué punto la compañía está apostando a la inteligencia artificial.
Mientras que el clima interno de la compañía refleja esa presión y una cultura atravesada por el miedo a ser reemplazados por sistemas de IA. A esto se suma una feroz competencia por el talento calificado donde las empresas tecnológicas están ofrececiendo salarios cada vez más altos para atraer a los mejores.
En la reunión, Nadella dejó claro que no dudará en dejar atrás productos históricos si no se ajustan a las demandas del futuro.
En ese sentido, explicó: "Todas las categorías que hayamos amado durante 40 años podrían no importar. Solo seremos valiosos si construimos lo que es secular en términos de expectativa, en lugar de estar enamorados de lo que hemos construido en el pasado".
La historia del sector tecnológico está llena de ejemplos de compañías que un día lideraban el mercado y al siguiente desaparecieron. Microsoft lo sabe, y para Nadella, el éxito en IA podría ser la clave para que su empresa no termine en el olvido.