256 Foundation, organización sin fines de lucro que se dedica a investigar y desarrollar tecnologías abiertas para Bitcoin (BTC), anunció que Proto Mining –compañía especializada en infraestructura y soluciones para minería de criptomonedas– le entregó 250.000 chips BZM2 de Intel.
Desde la organización explicaron que estos 250.000 chips suman en conjunto alrededor de 76 petahashes por segundo (PH/s) de potencia de procesamiento.
Para ponerlo en perspectiva, esa capacidad equivale al hashrate de unos 325 equipos ASIC Bitmain Antminer S21 Pro.
Cada chip es un pequeño componente electrónico de material semiconductor, como el silicio, que contiene circuitos integrados con millones de transistores y otros elementos.
Los equipos ASIC diseñados para minar Bitcoin llevan varios de estos chips en su interior.
La donación de Proto Mining ocurre en el contexto de una alianza de colaboración ambas entidades comenzaron enero de 2025.
Proto Mining y la 256 Foundation anunciaron en enero pasado un acuerdo para "hacer que las herramientas de minería sean más accesibles y apoyar a la próxima generación de constructores".
El objetivo de esta iniciativa es fortalecer un ecosistema de minería descentralizado, donde el acceso y la producción de equipos no dependan únicamente de grandes corporaciones del sector, como Bitmain o Canaan.
Con esta donación, 256 Foundation refuerza su estrategia de respaldar a desarrolladores que crean herramientas abiertas y suma su aporte a equilibrar la concentración del mercado y garantizar el carácter distribuido de BTC.
La minería descentralizada de Bitcoin ofrece varios beneficios clave que fortalecen la red y la filosofía detrás de esta criptomoneda:
Esto lleva a un sistema más justo y transparente, en el que la posibilidad de censura o manipulación por parte de pools centralizados es mucho menor.
Además, la minería descentralizada fomenta la resiliencia de la red Bitcoin porque, al existir múltiples nodos y pools repartidos globalmente, la plataforma puede seguir funcionando sin interrupciones incluso si algunos nodos dejan de operar.
Este modelo también incentiva una mayor competencia entre mineros, algo que puede traducirse en innovaciones tecnológicas y mejoras en la eficiencia energética de los equipos.