Si bien existen desafíos en lo que respecta a la Inteligencia Artificial (IA) y especialmente en el uso que los humanos le demos a la herramienta, tenemos una certeza: la innovación tecnológica está redefiniendo la forma en que interactuamos, transaccionamos y comprendemos el mundo. 

Mi certeza además es que la IA llegó para elevarnos profesionalmente. Lo que podamos aprender y hacer uso de ella, depende de nosotros. 

La inteligencia artificial llegó para elevarnos profesionalmente 

En lo que respecta a pagos digitales, la evolución es imparable. Somos testigos de cómo la IA se integra en cada paso de nuestras transacciones, personalizando la experiencia de compra a través de redes sociales y aplicaciones.

Esta vitalidad no es casualidad; es el resultado de una combinación única de adopción tecnológica, evolución regulatoria y profundos cambios en el comportamiento de las personas a la hora de pagar un producto o servicio. 

En el caso de América Latina, el ecosistema de pagos es un terreno fértil para la innovación. Esto nos posiciona en un lugar clave para construir sistemas que no solo sean robustos y seguros según estándares globales, sino que también se adapten a las necesidades locales. 

Contar con la IA tiene un valor incalculable; nos permite automatizar procesos mientras avanzamos en superarnos y ofrecer mejores servicios. Procesar grandes volúmenes de datos para poder analizar la realidad y poder rectificar el rumbo anticipándonos a posibles problemáticas es un avance clave.

Por ello, decimos que hoy la IA viene a elevarnos intelectualmente. Esta revolución no es solo un avance en eficiencia, representa un salto intelectual colectivo, una capacidad mejorada para anticipar riesgos, detectar fraudes, analizar datos y ofrecer soluciones personalizadas en tiempo real

Libera la capacidad humana para enfocarse en tareas de mayor valor, pensamiento crítico y creatividad, al delegar lo rutinario y potenciar lo estratégico porque la revolución digital no es solo una cuestión de tecnología; es un catalizador para la inclusión, la oportunidad económica y, en última instancia, una evolución de la sociedad. 

Sabemos que el mundo fintech tiene inmensas oportunidades de crecimiento, por lo tanto, aquellos que logren navegar la complejidad del ecosistema de pagos, invirtiendo en sofisticación tecnológica y comprensión del mercado, tendrán ventajas por sobre el resto. 

En definitiva, la inteligencia artificial llegó para potenciarnos y elevar nuestros conocimientos y capacidades: nos convierte en consumidores más informados, empresas más competitivas y sociedades más seguras. La IA no es sólo tecnología, es el camino hacia un futuro financiero más accesible y seguro.

*Por Silvina Gatti, CIO de Getnet Argentina 

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