Luego de publicar un polémico tuit que causó revuelo entre los accionistas de Tesla, Elon Musk se vio forzado a llegar a un acuerdo con la Comisión de Seguridad y Cambio (SEC) y abandonar la posición de presidente en su propia compañía. De esta forma, el empresario quedó como CEO y no podrá acceder a su puesto anterior por los próximos tres años.
Además, tanto la empresa como Musk deberán pagar u$s 20 millones cada uno por “no cumplir los procesos de control, seguridad y privacidad en los tuits”. El dinero de las multas será distribuido entre los inversores, quienes “fueron los principales afectados en este proceso”. Como parte del acuerdo, Tesla tiene que contratar abogados que controlen las comunicaciones de Musk, incluyendo sus tuits.
“Todas estas medidas están diseñadas para regular las actitudes de los directivos de Tesla, además de fortalecer su gobernanza y proteger a los inversores”, aseguró en el comunicado Stephanie Avakian, codirectora del SEC.
Esta resolución es el resultado de varios meses de investigación. Todo comenzó con un mensaje en la cuenta privada de Musk, donde aseguraba que Tesla saldría a la bolsa con acciones a u$s 420. En aquel entonces, el empresario aseveró que tenía “los fondos asegurados”, además de un confirmado apoyo por parte de los inversores.
Finalmente, el fallo contra Musk confirmó que “nunca se discutieron los términos de esta transacción”. Asimismo, distintos accionistas lo demandaron por “manipulación del mercado”.