La profesionalización de las empresas cazatalentos, también conocidas como headhunters, está pisando fuerte en el sector legal.
A ellos recurren aquellas empresas que necesitan abogados in house y despachos para cubrir puestos que van desde asociados a directores de práctica y socios directores. En cada caso, lo que hacen es buscar al profesional en leyes apto para cada firma y cargo entre perfiles con un mínimo de entre tres y cinco años de experiencia.
Todo esto tiene un proceso. Primero se reúnen con el cliente y se define el perfil que necesita; después, con esta información, se realiza una primera búsqueda de la que saldrán los candidatos que serán entrevistados y se remiten los informes con los preseleccionados para que sea el cliente quien tome la decisión final, según datos de Cinco Días.
Pero últimamente LinkedIn está irrumpiendo en este ecosistema. A través de esta red social se puede acceder en forma directa a la búsqueda de estos profesionales. Es más, los propios abogados potencian su marca personal a través de las redes, sin necesidad de un intermediario.
Si bien esto está comenzando a tener influencia en las empresas cazatalentos, las principales firmas del sector legal no consideran que supongan una amenaza real ya que el trato personal y su conocimiento del mercado jurídico son cualidades muy valoradas por sus clientes.
Por otra parte, es cierto que la evolución del propio mercado legal está obligando a estas empresas cazatalentos a adaptar su negocio y a reforzar sus puntos fuertes y el valor añadido que ofrecen a sus clientes.
Por otro lado, aunque valoran la incorporación de herramientas de inteligencia artificial a su labor, estiman que no serán determinantes. En este sentido, Javier Moreno, socio fundador de IurisTalent, afirma en Cinco Días: “Pueden ayudar en la identificación y ajuste del perfil, pero sigue siendo y será, estoy convencido, un trabajo de personas, con personas y para personas”.