En China viven casi 1.400 millones de personas: hoy, el gigante asiático es el mayor consumidor de energía del mundo. Sin embargo, quiere consolidarse como pionero y referente en materia de energías renovables.
Para cumplir con este objetivo, el gobierno propuso objetivos concretos para incrementar el consumo de energías verdes y una férrea política de multas para aquellos que no cumplan con las nuevas regulaciones.
En un plan propuesto por la Comisión nacional de desarrollo y reformas (NDRC en inglés) se buscará que, para 2030, el 35% de la energía utilizada en China provenga de energías renovables. Según Hipertextual, en su último informe el número apuntado era del 20%, lo que representa un ambicioso crecimiento.
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En esta nueva edición del Estándar de fuentes renovables (RPS) se plantean las reglas de juego para todos los componentes que forman parte de la cadena, desde pequeños productores de energía eólica y solar, hasta los hoy líderes en electricidad fósil y nuclear. Además, se proponen niveles mínimo de uso para cada fuente de energía. El plan original había sido publicado en marzo.
En el corto plazo, esta medida quiere que el país deje de depender del carbón como motor, además de reducir notablemente la polución del aire. Esto se acompaña con una reglamentación estricta que avala grandes multas por incumplimiento. Como contraparte, el gobierno otorgará importantes subsidios para concretar su propósito.
China es pionera en este rubro: en los últimos años, es el país que más invirtió en energías renovables de todo el mundo. De esta forma, uno de los países más contaminantes del mundo se transformará en el referente de este mercado renovable.